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[Cómic] Reseña de Calavera Lunar, de Albert Monteys: Humor del pasado para el futuro

Albert Monteys ha sido un artista a tener en cuenta desde la década de los noventa, cuando empezó a darse a conocer gracias a Mondo Lirondo, pero tengo que reconocer que no entró en mi radar hasta mucho después, cuando se produjo el incidente que acabó con él abandonando El Jueves para fundar junto a otros historietistas como Manel Fontdevila, Paco Alcázar y Bernardo Vergara la revista digital Orgullo y Satisfacción. Aunque sólo duró tres años seguí con avidez Orgullo y Satisfacción, estando las páginas de Monteys entre mis favoritas. No es de extrañar que me lanzase de cabeza a por su siguiente proyecto, ¡Universo!, publicado primero de forma digital en la web Panel Syndicate y más tarde en papel por Astiberri. Decir que la ciencia ficción desbocada de ¡Universo! me voló la cabeza sería quedarse corto, razón por la que estoy ansioso por leer más trabajos suyos. Me faltaba, sin embargo, hacer el ejercicio de recuperar sus antiguas obras, las que no leí en su momento por desconocimiento o simple falta de interés. Entre ellas había un nombre que había oído nombrar en muchas ocasiones y que era un completo desconocido para mí: Calavera Lunar. El especial 25 aniversario publicado recientemente por Astiberri ofrecía la oportunidad perfecta para saldar esa cuenta pendiente.

Durante los años noventa mi cabeza estaba monopolizada por los superhéroes americanos, hasta el punto de que cualquier otro género, especialmente el humor, me generaba desprecio. Como cualquier hijo de vecino, mi infancia había transcurrido entre Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape y 13 Rue del Percebe. Incluso recuerdo haber leído algún viejo ejemplar del TBO siendo un crío. No obstante, la llegada de Marvel a mi vida me dejó sin espacio para nada que no fueran superhombres musculosos envueltos en mallas de colorines. Al principio eso me llevó a dar de lado a cualquier tebeo español y a abandonar por completo cualquier lectura de corte humorístico, pero claro, leer Marvel en aquella época, la época de Forum, implicaba aprender poco a poco a no tomarse a los superhéroes demasiado en serio. Quizá fuera por la insidiosa influencia de los personajes que se encargaban de las páginas de correo en esos años, los infames Prof. Loki y Dr. Atómos, cuya terminología habitual se acababa filtrando en tu vocabulario para desmitificar a los héroes a los que visitabas cada mes. Los Vengadores se convertían entonces en los Vengativos y la Patrulla-X en los Patrullosos, abriendo así la puerta a hacer chistes sobre ellos. Fue en esos años cuando le fui pillando el gusto a la sátira superheroica. Creo que me habría gustado mucho descubrir a Calavera Lunar en esa época, pero por desgracia no se dio el caso.

Calavera Lunar nació en 1996 como una sátira de los cómics americanos de superhéroes creada por una persona que conocía bien ese género pero que había ido perdiendo el interés hacia él con el tiempo. Eso ya era evidente en la estructura del primer tebeo de este personaje, que incluye tanto una página inicial con un concurso que promete "no premios" a sus lectores más atentos como una página de correo en la que pueden verse las cartas y los dibujos de sus supuestos aficionados. El propio cómic, que se presenta como el número 237 de las aventuras de su protagoista, referencia continuamente a sus inexistentes entregas anteriores para transmitir la ilusión de formar parte de una narrativa tan longeva como la del Universo Marvel. Dicho protagonista, por cierto, está inspirado en un muñeco de los Airgam Boys, con los que no tengo experiencia por ser algo anteriores a mi época.

Pero hablemos sobre el personaje en cuestión. Calavera Lunar es un cráneo situado dentro de un traje espacial con una especie de escafandra. No está claro si tiene algo que ver con la Luna, pero vive en una versión futurista de la Tierra habitada por toda clase de criaturas extrañas. También se empeña en definirse como superhéroe, aunque desde el primer momento está claro que vive en un estado de desconexión con la realidad. Calavera Lunar es básicamente un pardillo que se cree especial y que considera que está capacitado para proteger el planeta de toda clase de amenazas pese a carecer de cualquier poder o capacidad. Es un superhéroe verdaderamente delirante, sin ningún superpoder físico o mental destacable. De todas formas, ser un superhéroe en su mundo tampoco significa gran cosa: los demás héroes que aparecen en sus historias son una burla descarada del típico héroe americano (como el Coronel Zit) o son tan inútiles como el propio Calavera (como los integrantes de los Cinco Magníficos). Pese a todo, lo que hace que funcione este personaje es su inocente convicción. Calavera resulta tan infantil como entrañable y eso choca con el sentido del humor que empapa sus historias.

Su primera aventura de 1996 comienza con Calavera siendo asaltado por la policía, que demuestra ser bastante incompetente. Poco después, la muerte a causa de la comida enlatada de su mascota, Saltarín, es lo que pone en marcha los acontecimientos que llevan a nuestro protagonista a encontrarse ante una invasión alienígena que por supuesto no está capacitado para evitar. Tampoco es que fuese necesario, ya que los invasores en cuestión son igualmente incompetentes. Al final la resolución depende de la explosiva llegada del "sidekick" de Calavera, el Niño Mina.

El propio Monteys se refirió a ese primer tebeo como un chiste de un único uso y esa es una afirmación difícil de discutir, aunque reconozco que es fácil perdonar los chistes de un único uso cuando si son tan buenos como el del Niño Mina. El debut de Calavera Lunar fue hijo de su tiempo, publicado en una grapa en blanco y negro producto del boom que se produjo en aquellos años (y que la reedición de Astiberri reproduce tal cual pese a la ausencia de color). Parece que a la gente le gustó bastante en su momento, pero la posterior entrada del autor en El Jueves dificultó que hubiese una continuación. A lo largo de los años se publicaron unas pocas historias cortas de Calavera Lunar, ya a color, en diversos medios, muchas de las cuales recoge el especial de Astiberri junto a una nueva historia inédita de veinte páginas elaborada para la ocasión.

Como comenta Monteys, la gente que le conoció por Calavera Lunar no parecía el mismo tipo de público que tenía como autor de El Jueves. De hecho, creo que sus trabajos para El Jueves o para Orgullo y Satisfacción tienen poco que ver con Calavera Lunar. Sin ir más lejos, el sentido del humor de Calavera Lunar me parece menos refinado (aunque eso no es lo mismo que decir menos inteligente) por ser un humor mucho más enfocado y específico: es un humor dirigido a la gente que se mueve por el mundillo de los superhéroes y la ciencia ficción y parte del conocimiento mutuo sobre esos géneros. El componente social y político, aunque presente, no es el foco principal en historias como ¡Me casé con un Modulokiano! o ¡La muerte del Capitán Cabezón!, recogidas en el tomo de Astiberri.

En mi cabeza también había una desconexión entre el Monteys de El Jueves y el Monteys de ¡Universo!, pero la lectura de Calavera Lunar ha servido para enlazar al fin ambas etapas de su carrera. Es más, en Calavera Lunar me ha parecido ver el germen de lo que luego sería ¡Universo!, esa ciencia ficción sofisticada con toques de humor que se apoya en un íntimo conocimiento del género para subvertirlo o para llevarlo hacia nuevos y atrevidos derroteros. La agradable sorpresa con la que me he encontrado en la lectura es que las historias de Calavera no sólo juegan con los tropos de la ciencia ficción, sino también con los superheroicos... y que por supuesto no están exentas de cierta mala leche dirigida a las peculiaridades de los universos superheroicos. Incluso el formato de las historias, con esas portadas y su falsa numeración o las páginas de correo con las cartas de sus ficticios lectores, suponen una ácida sátira del entorno de los cómics de superhéroes, que para mí es tan importante como los propios cómics. No es causalidad que haya mencionado al principio la época de Forum, pues el formato de Calavera Lunar me la ha recordado con fuerza y me ha traslado por completo a aquellos años.

Ahora entiendo qué le vio la gente al bueno de Calavera allá por 1996. También diría que entiendo un poco mejor el trabajo de Monteys y que puedo revisitar ¡Universo! o Matadero Cinco teniendo algo más de bagaje para disfrutarlas en su contexto. Y, quién sabe, quizá en algún momento del futuro haya más historias protagonizadas por Calavera Lunar, aunque sea para celebrar un aniversario, y entonces podré decir que soy fan del personaje y que ya llevaba tiempo esperándolas. Monteys ya se ha saltado una vez la promesa de que no iba a continuar aquel chiste de un solo uso que quemó en los noventa, así que todo es posible. Por raro que parezca, creo que ¡Universo! podría ser un buen sitio en el que incluir historias de Calavera, aunque para eso haría falta que ¡Universo! tuviese un mayor ritmo de publicación. Podría ser un buen... ¿complemento humorístico quizá? Es poco probable, lo sé, pero ahora mismo cualquier posibilidad de seguir leyendo a Calavera me parece atractiva. En realidad, cualquier posibilidad de seguir leyendo a Monteys, sea donde sea, me parecería atractiva.

Ojalá algún editor de Marvel le echase un ojo a Calavera Lunar, a ¡Universo! o a Matadero Cinco y pensase "ey, este tipo podría hacer unas historias muy interesantes de los Cuatro Fantásticos"...

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