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[Cómic] Ultimate Comics Spiderman: El Merodeador

En esta serie de entradas estoy repasando la trayectoria de Miles Morales, el Spiderman Ultimate, aprovechando para ello la reciente reedición de este material por parte de Panini dentro de su Coleccionable Ultimate.

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Coleccionable Ultimate nº 82. Ultimate Comics Spiderman nº 33:
El Merodeador
Contiene All-New Spiderman #6-12 USA
Guión de Brian Michael Bendis
Dibujo de Chris Samnee, Sara Pichelli y David Marquez
Color de Justin Ponsor

El arranque de la colección protagonizada por Miles me parece muy sólido, aunque un tanto superficial. Esto es algo que achaco a los guiones de Brian Michael Bendis, cuya tendencia a descomprimir al máximo la narrativa le lleva a utilizar muchas páginas para abarcar lo que en realidad es muy poca cosa. No me cabe duda de que las pinceladas que proporciona el guionista en el primer arco bastan para hacerse una idea básica del personaje protagonista y de su entorno, pero es necesario seguir profundizando para ganarse la empatía y la fidelidad del lector. De hecho, es necesario llevarse la historia al terreno personal, al terreno de las emociones, pues ahí es donde se va a producir la mejor conexión entre el mundo de las viñetas y la realidad de los lectores. De forma muy acertada, buscando cumplir este objetivo Bendis decide poner a la familia de Miles, en concreto a su tío Aaron en el centro del segundo arco. Esto le permite seguir explorando esta variante moderna de la mitología de Spiderman con un giro interesante: la figura que ha ejercido de modelo para el protagonista no es precisamente un modelo de virtud como lo fue el tío Ben para Peter Parker, sino más bien todo lo contrario. Además de ser un ladrón, un ex-convicto y un criminal, el tío Aaron es también el villano conocido como el Merodeador.

Aaron es un personaje de crucial importancia en la génesis de Miles como Spiderman, puesto que fue él quien propició su transformación al transportar involuntariamente una de las arañas modificadas genéticamente por Norman Osborn durante uno de sus robos. La picadura de la araña se produjo en presencia de Aaron, que no tarda en atar cabos y en percatarse de que el nuevo trepamuros que ha hecho acto de presencia en Nueva York no es otro que su joven sobrino Miles. Lo que sucede a continuación me parece estupendamente ejecutado, pues pone a nuestro protagonista en una situación tan delicada como comprensible. Puede que su tío le esté chantajeando para usarlo como un matón, pero no deja de ser su tío. Los lazos de sangre no se anulan fácilmente, incluso aunque nos aten a personas despreciables. Bendis plantea así un conflicto con una gran carga emocional, cuya resolución terminará de definir al personaje de Miles.

Desde mi punto de vista, el elemento fundamental de la fórmula que define a Spiderman en todas sus variantes es la culpa. La culpa es la que le hace sentir la gran responsabilidad que conllevan sus poderes y la que le motiva a hacer todo el bien posible. No obstante, la culpa no surge del vacío sino que es producto de un error por parte del personaje. Es más, diría que más bien es producto de una acumulación de errores. Para Peter Parker, el motivo inicial que le impulsó a ser un héroe fue la culpa por la muerte de su tío Ben, pero sobre esa culpa se han ido acumulando otras muchas a lo largo de los años. La muertes del Capitán Stacy y de su hija Gwen fueron las más sonadas, pero no las únicas, desde luego. Cada cierto tiempo es necesario refrescar esta culpa acumulada para recordar a Peter que es falible y que cada uno de sus fracasos conlleva un precio demasiado alto. Pues bien, esta es la lección que le toca ahora aprender a Miles, pues no se puede ser Spiderman sin ser consciente de que cada mala decisión implica un precio que se paga en sufrimiento, remordimiento y culpa. Obviamente, dejarse enredar por el Merodeador es una decisión bastante mala y el joven tendrá ocasión de arrepentirse de ella.


Por otro lado, Bendis sigue explorando las dificultades que tiene un adolescente como Miles para compaginar su vida cotidiana con su actividad superheroica y para ello aprovecha el contexto de la Brooklyn Visions Academy. Aunque Miles tenga como aliado a su colega Ganke, sus ausencias y sus excusas son muy evidentes para Judge, el otro chaval con el que comparten habitación en la escuela, así como para sus profesores y supervisores, que no son estúpidos. Al igual que Peter en su momento, Miles tendrá que aprender a vivir una doble vida en la que lo personal debe quedar subordinado a sus deberes como Spiderman, lo cual no es nada sencillo. En cuanto a su vida familiar, el guionista introduce una idea interesante haciendo que la madre de Miles se muestre partidaria del nuevo Spiderman sin saber que su hijo se encuentra bajo la máscara. Puesto que su padre condena a los superheroes y parece albergar grandes prejuicios hacia individuos superpoderosos como los mutantes (que son especialmente odiados en el Universo Ultimate), Miles encuentra así una inesperada conexión con su madre. Este desarrollo se explorará más adelante, cuando las cosas se tuerzan de nuevo.

Hablando sobre los personajes que aparecen en este segundo arco, otra jugada bastante astuta por parte de Bendis consiste en reintroducir a viejos conocidos del reparto de secundarios de la colección cuando Peter era el protagonista. De esta forma, la presencia del nuevo Spiderman llama la atención de tía May y de Gwen, que vuelven a Estados Unidos con la intención de contactar con él. Las expectativas de un encuentro entre May y Miles después de que la primera perdiese a su sobrino Peter llevando el traje de Spiderman se antojaban demasiado jugosas como para no aprovecharlas. Precisamente la tía May del Universo Ultimate es uno de los personajes hacia los que Bendis parecía tener especial cariño y eso se notaba en su manera de escribirla, por lo que su regreso es algo positivo. Menos interesantes son los villanos que se dejan caer en estos números y que me recuerdan los motivos por los que la mayoría de las versiones Ultimate de los personajes de la editorial me parecen tan perezosas y carentes de interés. Es el caso del Escorpión o del risible Anillero, un villano cuya única razón de ser reside en ser humillado por el héroe arácnido. El Merodeador es el único enemigo más o menos tridimensional que se puede encontrar en estas páginas. El enfrentamiento final contra él es intenso y contundente. No dejo de pensar que si funciona tan bien es porque el personaje es algo más que una mera excusa para que Miles se ponga el traje.


En cuanto al apartado gráfico, Sarah Pichelli se encarga de un único número, ya que en ese momento estaba ocupada preparando la miniserie Spidermen (que se recogió en el siguiente tomo del Coleccionable Ultimate de Panini). Sus reemplazos son el siempre solvente Chris Samnee y un David Marquez que aún estaba algo verde. Los números de Samnee son estupendos, aunque el cambio de estilo respecto a Pichelli resulta algo chocante. En cambio, los números de Marquez presentan una estética similar a la de la dibujante, aunque carecen de su finura y resultan bastante más toscos en la manera de narrar. Era uno de sus primeros trabajos para Marvel, por lo que es algo comprensible y fácil de perdonar. Además, este artista ha mejorado de forma notable con el tiempo. No obstante, creo que Marquez no es capaz de capturar el ambiente actual tan bien como Pichelli. Algo que me maravilla de esta dibujante es su atención al detalle, que se manifiesta por ejemplo en el vestuario y los complementos de los personajes. Sin ir más lejos, la manera de vestir de Miles no sólo resulta actual sino que también sigue una estética propia seleccionada por Pichelli. En cambio, cuando lo dibuja aquí Marquez su estética es bastante más genérica, casi intercambiable con la de cualquier otro personaje, lo que le resta algo de personalidad. Esto ya es hilar muy fino en el comentario de estos números, pero es algo en lo que no he podido evitar pensar durante su lectura.

Después del devastador encuentro con el Merodeador con el que concluye esta entrega del Coleccionable Ultimate, la siguiente se centra en el que fue el esperado primer encuentro entre Miles y el Peter Parker del Universo Marvel tradicional. Hablaremos sobre él en la próxima entrada.

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