El
segundo serial de “Doctor Who” abarca siete capítulos y se
titula “The Daleks”. Este serial es de una importancia
trascendental, pues realizó una de las mayores aportaciones a la
mitología de la serie: los Daleks, quizá los enemigos más
característicos de “Doctor Who”.
En
“The Daleks”, el Doctor y sus acompañantes viajan hasta el
remoto planeta Skaro, un extraño lugar cubierto de bosques
petrificados. Los viajeros descubren una futurista ciudad de metal
más allá del lugar donde ha aterrizado la TARDIS, pero Ian y
Barbara consideran que sería demasiado peligroso llegar hasta allí
y que deben volver a la nave para regresar cuanto antes a su hogar en
la Inglaterra de 1963. El Doctor, no obstante, desea explorar el
lugar, así que ante la negativa de sus acompañantes sabotea uno de
los mecanismos de la TARDIS y les engaña para que crean que la
desconocida ciudad es el único sitio donde se puede encontrar la
sustancia necesaria para volver a poner la nave en funcionamiento.
Esta acción del Doctor tendrá graves consecuencias, pues aunque
ellos no lo saben la ciudad está habitada por unas peligrosas
criaturas que viven aisladas dentro de armazones metálicos.
Caracterizados por su peculiar diseño y sus estridentes voces
metálicas, los Daleks hacen su aparición y apresan a los intrusos
cuando se adentran en la ciudad.
Skaro
es un realidad un mundo devastado por la explosión de una bomba de
neutrones durante la pasada guerra entre dos facciones: los Thals y
los Daleks. Los altos niveles de radiación hacen de Skaro un lugar
prácticamente inhabitable, aunque el Doctor y los suyos ignoraban
este hecho. En la celda en la que los Daleks los recluyen comienzan a
sufrir los efectos del envenenamiento radioactivo y sólo Susan, que
cree haber visto una misteriosa presencia en el interior del bosque
petrificado, puede buscar la ayuda que necesitan. Gracias a la
muchacha, los viajeros entran en contacto con los enemigos de los
Daleks: los antiguos guerreros Thals, ahora convertidos en humildes
granjeros que sobreviven a duras penas y rechazan la violencia. La
llegada del Doctor y sus acompañantes reavivará el viejo conflicto
entre los habitantes de Skaro, aunque los Thals se niegan a luchar
contra los Daleks.
En
este serial asistimos por primera vez a la maldad de los Daleks y
comprendemos que se trata de unos seres repletos de odio irracional
por todo aquello que es diferente a sí mismos. Los Daleks sólo
viven para exterminar. Resulta curioso constatar que, pese a que
comparten un origen común con los Thals, ambas razas han
evolucionado de forma radicalmente distinta tras el primigenio
conflicto que arrasó su mundo. Mientras que los Thals han abrazado
el pacifismo, los Daleks se han vuelto violentos y traicioneros.
Mientras que los Thals han desarrollado un cuerpo físico humanoide
que roza la perfección, los Daleks han mutado hasta convertirse en
seres repulsivos incapaces de sobrevivir sin la protección de su
carcasa metálica.
Es
preciso mencionar el importante dilema moral que presenta “The Daleks”. Los Thals son pacíficos, pero su única opción de
supervivencia pasa por luchar contra los Daleks. Ian y Barbara les
animan activamente a entrar en batalla, desconocedores del precio que
los Thals tendrán que pagar por ello. ¿Qué derecho tienen los
viajeros del tiempo a aleccionar a los alienígenas? ¿Qué derecho
tienen a influir de semejante manera sobre otra civilización? El
espectador debe juzgar estas cuestiones.
Por
otro lado, uno de los detalles más llamativos de este serial es la
mezquindad del Doctor, cuyo sabotaje de la TARDIS pone en peligro no
sólo su propia vida, sino también las vidas de sus acompañantes.
La actitud del Doctor dista mucho de la de los héroes de los
seriales de ciencia ficción de la época: es egoísta, altivo e
intolerante y, cuando las cosas se complican, su única intención es
escapar de los problemas cuanto antes. No olvidemos que Ian y Barbara
se convirtieron en sus compañeros de viaje porque él decide cerrar
las puertas de la TARDIS con ellos dentro en el primer capítulo,
secuestrándolos en contra de su voluntad. Sin embargo, la presencia
de los dos profesores supondrá una influencia fundamental en el
posterior desarrollo del personaje, pues son ellos los primeros que
le enseñarán lecciones de humanidad.
Como
otras series de ciencia ficción de los años 60, “Doctor Who” tuvo
que recurrir a la imaginación para construir un escenario alienígena
con sus respectivos habitantes utilizando los escasos recursos a su
disposición. Sirviéndose de diversos trucos, como el uso de
miniaturas para representar los planos de la ciudad Dalek o de fondos
pintados en la pared para simular los interminables pasillos, “The
Daleks” consigue una estupenda y encantadora estética. Pese a
su lento desarrollo, influido quizá por la excesiva cantidad de
capítulos que abarca, este serial resulta tremendamente atractivo.
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