Aunque Alan Moore es más conocido por su trabajo en el mundo del cómic, también ha realizado algunas obras en prosa. Entre ellas, destaca claramente un relato extraño y fascinante titulado "El Lagarto Hipotético".
El autor:
Alan Moore nació en Northampton (Inglaterra) en 1953. Sus primeros trabajos como guionista fueron para las revistas "Dr. Who" (perteneciente a la extinta Marvel UK) y "2000 A.D. "(de la editorial IPC). Después realizó "Capitán Britania" para Marvel UK junto a Alan Davis y "V de Vendetta" y "Miracleman" para la revista Warrior.
Su primer trabajo en el mundo del cómic americano fue "La Cosa del Pantano" para DC Comics. La serie no pasaba precisamente por su mejor momento, pero a Moore le bastaron un par de números para reescribir el origen del personaje y devolverlo a la fama. Fue en esta serie en la que presentó al popular personaje John Constantine, que posteriormente protagonizaría su propia serie ("Hellblazer"). En 1986 publicó "Watchmen" junto al dibujante Dave Gibbons, una obra revolucionaria adelantada a su tiempo. Ese mismo año se encargó de escribir los dos últimos números de las series de Superman antes de su relanzamiento y modernización, haciendo un gran homenaje a las historias clásicas del personaje en la Silver Age. En 1988 publicó "Batman: La Broma Asesina", un genial acercamiento al universo del Hombre Murciélago y de su principal enemigo, el Joker. Éste fue su último trabajo para DC.
Años después publicó "From Hell", una oscura y espeluznante historia sobre los asesinatos de Jack el Destripador en el Londres victoriano. Mucho más recientemente nos trajo "La Liga de los Hombres Extraordinarios", "Top Ten", "Promethea" y "Tom Strong". Además de sus guiones para cómics, Moore también ha escrito una novela titulada "La Voz del Fuego" y un relato: "El Lagarto Hipotético", obra que ahora nos ocupa.
La obra:
Alan Moore escribió esta historia corta en 1987. Fue publicada dentro de una antología titulada "Liavek: Wizard´s row" y al año siguiente recibió el premio World Fantasy Award al mejor relato por ella. Posteriormente fue reeditada en "Words without pictures", un libro de historias en prosa de 1990 editado por Steve Niles, quien también obtendría un gran reconocimiento como guionista de cómics, principalmente de terror.
"El Lagarto Hipotético" fue publicado en España de la mano de Planeta DeAgostini a un precio de 8,95€.
Argumento:
La historia de este relato nos lleva a La Casa Sin Relojes, un burdel situado en Liavek, la Ciudad de la Fortuna. Se trata de una ciudad fantástica en la que lo mágico convive con lo mundano y de marcadas influencias orientales. Entre las prostitutas que trabajan en el burdel nos encontramos con Book, cuyo cuerpo está completamente tatuado con delicadas letras que cuentan historias eróticas; con Mopetel, capaz de entrar en un trance similar a la muerte; Delice, una mujer capaz de provocar intensos placeres o sufrimientos con sus agujas y Hazu, que anda a cuatro patas y tiene el cuerpo completamente cubierto de pelo.
Sin embargo, el centro de la historia es Som-Som, una joven prostituta encargada de servir exclusivamente a los magos de Liavek. Para salvaguardar los secretos de sus clientes, Som-Som tuvo que pasar por un procedimiento quirúrjico que seccionó las fibras nerviosas que comunican los dos hemisferios de su cerebro. Además de esto, Som-Som debe llevar una máscara de porcelana (la Máscara Quebrada) que cubre completamente su ojo derecho y su oído derecho. Esto, unido a la cirugía, hace que los centros del habla de Som-Som se encuentren virtualmente desconectados. Dado que no puede ver por el ojo derecho y que lo que ve por el ojo izquierdo llega a su hemisferio derecho, que está desconectado del izquierdo (donde se encuentran los centros del habla), Som-Som no puede hablar acerca de lo que ve (lo que la hace perfecta para guardar secretos). Som-Som será, por tanto, un testigo mudo de la historia que se desarrolla en el relato.
Se trata de la historia entre Rawra Chin, un joven travesti que se prostituyó en el burdel tiempo atrás y ahora es una exitosa actriz teatral, y Foral Yatt, brillante actor venido a menos y obligado a prostituirse. Ambos fueron amantes en el pasado y el regreso de Rawra Chin a La Casa Sin Relojes desencadena una historia abocada a la tragedia en la que los opuestos se confunden: realidad y ficción, amor y odio, masculino y femenino, amante y amado, agresor y víctima, asesinato y suicidio. Todo ello a la sombra del peculiar regalo que Rawra Chin trae a Foral Yatt a su regreso: una esfera metálica en cuyo interior puede encontrarse (o no) un lagarto durmiente.
Personajes:
Som-Som: Debido a su particular minusvalía, la joven Som-Som es incapaz de hablar del mundo que le rodea. Únicamente es capaz de articular palabras sin sentido. Su papel es el de escuchar las inquietudes y anhelos de los demás sin poder expresar opinión alguna y esto ha hecho que desarrolle un conocimiento especial acerca de la naturaleza humana. Su especial visión de la gente la hace capaz de atravesar las capas exteriores de las personas y ver cómo son en realidad. Sin embargo, hubo una persona cuyos secretos jamás pudo descubrir: Rawra Chin.
Rawra Chin: Descrito como un ser de extraña belleza que combina lo masculino y lo femenino, alrededor de Rawra Chin hay un aura de majestad. Todos se sienten fascinados por su encanto misterioso y nadie es capaz de descubrir el origen de su carisma irresistible. Tras conseguir dejar atrás su vida como prostituta, Rawra Chin se convirtió en actriz para cumplir su deseo de ser conocida por todos.
Foral Yatt: Un hombre cuyo talento ensombrecería al de Rawra Chin pero sin el valor suficiente para dejar el burdel en el que trabaja para satisfacer a viejas ricachonas. Foral Yatt amaba tan intensamente a Rawra Chin que inluso llegó a amenazarla con suicidarse si dejaba La Casa Sin Relojes. Sus súplicas fueron ignoradas y Rawra Chin se marchó para convertirse en actriz. En apariencia débil y apocado, el regreso de su amante provocará una serie de siniestros cambios en Foral Yatt.
Interpretación y significado:
El Lagarto Hipotético es un relato profundamente reflexivo que nos invita a sumergirnos en las ambiguedades presentes en la realidad, de la misma forma que hacen los ricos de Laviek con el juego del lagarto durmiente. El juego consiste en sostener la esfera de cobre, cuya forma únicamente se ve alterada por una pequeña soldadura, y pensar si en su interior realmente hay un lagarto aletargado. En Laviek se dice que existe una particular especie de reptiles diminutos capaces de hibernar durante años, siglos incluso, y que los artesanos que fabrican esas esferas colocan uno en su interior. El poseedor de una de esas esferas debe, con la única ayuda de sus sentidos (pues tratar de abrir la esfera sería hacer "trampa") dilucidar si realmente hay lagarto o no.
Esto tiene que ver con la forma en la que percibimos el mundo que nos rodea. Cuando no podemos comprobar algo mediante nuestros sentidos sólo nos queda decidir si lo creemos o no, aunque en muchas ocasiones la respuesta que demos no importa. ¿Acaso importa que algo exista o no si no podemos comprobar su existencia? La respuesta es no. Que creamos en el lagarto durmiente no cambiará el hecho de que el lagarto exista o no.
Este mismo razonamiento puede llevarse a cabo con la historia que viven Rawra Chin y Foral Yatt. ¿Acaso importa que se amen o se odien? ¿Acaso importa quién sea el culpable de su destino final? Lo que creamos no importa, pues no cambiará su historia.
El lagarto es el amor, cuya existencia en su máximo significado de unión de dos cuerpos y dos almas no se puede demostrar con los sentidos. El lagarto es la verdad, también indemostrable. Por extensión, el lagarto es la realidad: débil, cambiante, caprichosa, insegura. En la realidad no existen verdad ni mentira, únicamente nuestras verdades y nuestras mentiras parciales. Sólo superando el juego del lagarto y llegando a la conclusión de que no importa si éste existe o no podremos ser verdaderamente felices. Una vez dejemos de pensar en términos duales y generales del estilo bien/mal, realidad/ficción y amor/odio podremos darnos cuenta de que lo que importa no es "la" verdad, sino "nuestra" verdad.
Valoración:
Alan Moore es bueno escribiendo cómics, pero a mi parecer la prosa se le da bastante mejor. Con su estilo recargado, complejo y casi barroco nos cuenta una historia cuyo mayor acierto es invitar al lector a pensar. Más allá de lo que se cuenta en "El Lagarto Hipotético", Alan Moore nos hace reflexionar sobre nuestra forma de ver el mundo. Nos invita a tratar de alcanzar la peculiar percepción de Som-Som y aplicarla a nuestra realidad, atravesando los límites de nuestros sentidos físicos y dejando volar libremente la mente y la imaginación. No importa lo que sucede realmente entre Rawra Chin y Foral Yatt. Cualquier interpretación es correcta. Lo importante es ir más allá de su tragedia. Más allá de lo que cuenta el libro. Más allá de la esfera de cobre. Lo importante es reflexionar sobre el lagarto durmiente.
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