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[Cómic] Reseña de The Red Wing, de Jonathan Hickman y Nick Pitarra

Algo está pasando en Image. La editorial que comenzó su carrera ofreciendo poco más que el reclamo constituido por los polémicos dibujantes estrella de la década de los noventa ha sufrido importantes transformaciones en los últimos años. De un tiempo a esta parte, Image ha potenciado otros géneros que van más allá de los superhéroes, ha permitido mayor libertad creativa a los autores y ha albergado proyectos que tenían mucho más que ver con el cómic independiente que con el mainstream imperante en el mercado americano. Image no sólo ha dado cabida a series como la archiconocida "The Walking Dead" de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, sino también a proyectos tan interesantes como la nueva etapa de "Prophet" de Brandom Graham, Simon Roy y otros o "Planetoid" de Ken Garing. Futuros proyectos tales como "Great Pacific", de Joe Harris y Martin Morazzo, parecen continuar esta línea. No es de extrañar, por tanto, que Image se convirtiese en el caldo de cultivo perfecto para que un guionista tan excéntrico como Jonathan Hickman pudiese ofrecer su particular visión de la ciencia ficción en cómics como el reciente "The Manhattan Projects", "Red Mass for Mars", "Pax Romana" o el que ahora nos ocupa: "The Red Wing".


Jonathan Hickman se ha convertido en uno de los guionistas más destacados del panorama actual gracias a su trabajo en Marvel, editorial a la que llegó amparado por Brian Michael Bendis, guionista responsable del devenir de las series de los Vengadores durante los últimos años. Hickman se encargó de escribir "Guerreros Secretos", serie en la que mostró sus peculiares tics: su cercanía a la ciencia ficción, su afición por las grandes conspiraciones y su interés por los misterios científicos. No mucho después comenzó una importante etapa a los mandos de los 4 Fantásticos, a lo largo de la cual construyó un complejo rompecabezas de proporciones cósmicas que sólo ahora, cuando se acerca la conclusión de esa etapa, podemos atisbar en toda su magnitud. Por otro lado, Hickman también es el artífice de "S.H.I.E.L.D.", una de las series más extrañas y estimulantes que ha publicado Marvel en los últimos tiempos. Aunque aún permanece inconclusa, esta serie ha elevado a su enésima potencia las ideas de Hickman: criaturas celestiales, conspiraciones milenarias urdidas por inmortales, ciudades secretas y la ciencia como fuente de grandes misterios. Todo esto, unido a la presencia de personajes históricos como Leonardo Da Vinci, Isaac Newton o Nikola Tesla convertidos en una suerte de superhéroes y supervillanos, ha hecho de "S.H.I.E.L.D." una de mis series actuales preferidas.

Sabiendo lo mucho que me ha gustado el trabajo de Hickman en Marvel no es de extrañar que me alegre que Panini haya decidido animarse a publicar sus trabajos anteriores en Image. Precisamente fueron esos trabajos los que le permitieron dar el salto hasta la Casa de las Ideas, aunque actualmente Hickman continúa desarrollando sus proyectos más descabellados en Image. La primera obra que ha elegido Panini, recientemente publicada en un tomo de su colección 100%, ha sido "The Red Wing", una historia próxima a la vertiente más dura de la ciencia ficción en la que los viajes en el tiempo tienen un papel fundamental. Para materializar "The Red Wing", Hickman contó con los lápices de Nick Pitarra, un prometedor dibujante cuyo estilo está a caballo entre el de Scott Kolins y el de Frank Quitely (probablemente el minimalismo de sus composiciones y los rasgos exagerados, casi caricaturescos, de sus personajes le acerquen más al segundo que al primero). Pitarra dibuja estupendamente este cómic en el que el apartado visual juega un papel fundamental y busca diferenciarse de otras producciones propias del mainstream. Pese a ser un cómic eminentemente comercial, la estética de "The Red Wing" tiene mucho que ver con el cómic independiente.


"The Red Wing" nos presenta un futuro no muy lejano en el que la humanidad libra una guerra contra un adversario desconocido cuya tecnología es ampliamente superior. Los combates se desarrollan a bordo de naves espaciales que son capaces de saltar a través del tiempo. Se trata de una tecnología sustentada en una concepción no lineal del tiempo, lo cual merece ser explicado con detalle.

Nuestra percepción del tiempo se deriva de un modelo casualístico, que postula que toda causa tendrá su posterior consecuencia. Según este enfoque, la causa precede siempre y necesariamente a la consecuencia. Si aplicamos este modelo a los viajes en el tiempo tan comunes en la ciencia ficción nos encontramos con una concepción lineal del tiempo en la que los eventos pasados determinan los eventos presentes en la misma medida en la que éstos determinan los eventos futuros. Si alguien viaja al pasado y realiza algún cambio, como consecuencia cambiará toda la línea temporal, afectando al presente y al futuro. Sin embargo, esta concepción del tiempo no está exenta de paradojas de difícil respuesta. Para paliar esto, se han propuesto teorías como la de las realidades paralelas, que postula que cada cambio en la línea temporal generaría una realidad divergente con su propia línea temporal alterada. No obstante, incluso la teoría de los mundos paralelos se deriva de una concepción lineal del tiempo en la que el pasado siempre va seguido del presente y éste, a su vez, va seguido del futuro. Esto no debería resultar extraño, puesto que durante mucho tiempo la ciencia ha considerado el tiempo como una dimensión más y, por tanto, lo ha medido siguiendo una progresión lineal. Sin embargo, los desarrollos teóricos de la física cuántica han puesto este hecho en duda. El tiempo parece funcionar de manera diferente a una escala subatómica, lo cual ha hecho que los científicos se planteen si nuestra concepción lineal del tiempo podría estar equivocada. Los autores de ciencia ficción, evidentemente, han tomado buena nota de esta circunstancia.

Frente a esta concepción lineal del tiempo, Hickman nos presenta una concepción no lineal en "The Red Wing". Si el tiempo no es lineal, la cadena de hechos causa-consecuencia no tiene sentido, luego no se podrán producir paradojas temporales. Hickman propone que el tiempo no es una línea recta, sino que todos los momentos temporales existen simultáneamente en la misma realidad, unos encima de otros, cada uno de ellos en una frecuencia vibratoria diferente. Con la tecnología necesaria, se puede atravesar la barrera vibratoria y avanzar verticalmente entre distintos estratos o momentos temporales distintos. Puesto que pasado, presente y futuro transcurren simultáneamente, los cambios producidos en cualquier momento temporal no se ven reflejados en estratos posteriores. Como el tiempo no es lineal, no existen las paradojas. Esto se acerca mucho a algunos de los desarrollos teóricos más recientes de los físicos cuánticos.

La idea de que nuestra percepción del tiempo es engañosa es la base fundamental de este cómic y para desarrollarla Hickman juega con el lector y con su expectativa de que los acontecimientos deben seguir un orden estrictamente lógico. Dicha expectativa no es válida siguiendo un modelo no lineal y Hickman nos desafía a dejar atrás nuestra engañosa percepción, basada en nuestros limitados sentidos y en nuestro limitado conocimiento de la física cuántica y de la misma realidad, en pos de una forma nueva de percibir el propio tiempo.


Comentábamos anteriormente que "The Red Wing" narra la historia de una guerra librada a través del tiempo. Los jóvenes cadetes Valin Redd y Dominic Dorne se encuentran inmersos en dicha guerra. Ambos perdieron a sus padres en el conflicto, pero esa pérdida afectó especialmente a Dominic. El padre de éste, uno de los artífices de las aeronaves que permiten el viaje en el tiempo, atravesó la barrera vibratoria sin la protección adecuada tras ser atacado. Nadie había conseguido sobrevivir a un choque contra dicha barrera sin los mecanismos protectores, pero Dominic alberga la esperanza de que su padre lo cosiguiese de algún modo. Acompañados por la teniente Maye Lewis, Valin y Dominic formarán un escuadrón de combate y podrán pilotar su propio caza TAC, equipado con la tecnología de viaje en el tiempo que causó la desaparición del padre de Dominic.

Las intenciones de los adversarios en esta guerra librada a través del tiempo son desconocidas, pero sus intervenciones ponen en peligro los planes de la humanidad y acaban con la vida de gran parte de los pilotos de cazas TAC que ofrecen resistencia. Dominic podría ser una víctima más, mera carne de cañón para alimentar el conflicto, de no ser porque acontecimientos ocurridos en distintos momentos temporales han configurado su vida de modos que ni siquiera él mismo es capaz de comprender. ¿Acabará Dominc jugando un papel fundamental en la guerra? ¿Qué sucedió realmente con su padre? ¿Quiénes son los misteriosos atacantes? Las respuestas a estas preguntas albergan más de una sorpresa inesperada y dan lugar a una de las conclusiones más ambiguas e inteligentes que se pueden encontrar en un cómic actual.

Apoyado por la narrativa gráfica de Pitarra, Hickman construye el argumento de "The Red Wing" narrando diversos eventos en diversos momentos temporales. Todo está aparentemente desconectado a ojos del lector, hasta que éste asume una concepción no lineal del tiempo y comprende que todo lo que se ha narrado ha transcurrido de forma simultánea hasta alcanzar una conclusión que no es sino un nuevo principio. Este peculiar planteamiento ya debería hacernos sospechar que "The Red Wing" es un cómic con un tono ciertamente experimental. "The Red Wing" plantea muchas más preguntas de las que responde y desafía al lector a buscar el sentido de lo que ha leído por sí mismo. No es una simple historia de ciencia ficción con viajes en el tiempo.

El dibujante utiliza algunas soluciones gráficas peculiares para apoyar las ideas de Hickman, utilizando de forma magistral la transición entre viñetas y los fundidos en blanco. En el caso de la transición entre viñetas, el espacio entre ellas se convierte en una representación de la barrera vibratoria que separa los distintos estratos de tiempo y podemos ver que ciertos objetos como los cazas TAC son capaces de atravesarla. Es especialmente espectacular la representación gráfica del choque contra dicha barrera y de sus efectos sobre la persona implicada. En general, el apartado estético del cómic está muy cuidado, siendo lo único discutible el diseño de los cazas TAC, que se antoja demasiado simple y carente de personalidad.

No sucede lo mismo con los personajes, algo estereotípicos pero muy bien caracterizados por parte de Hickman a pesar de las obvias limitaciones de un cómic que otorga más protagonismo a la presentación de conceptos propios de la ciencia ficción que a la presentación de personajes. Casi se podría decir que el auténtico protagonista de esta historia es el tiempo, más que los distintos personajes que se mueven a través de él. No obstante, Hickman integra a la perfección su planteamiento científico de alto nivel con unos personajes interesantes, una progresión no lineal de los acontecimientos y una metáfora ecologista que sólo puede ser comprendida al alcanzar la conclusión del cómic. Incluso se permite el lujo de jugar con las comparaciones entre la civilización del futuro y la del pasado remoto usando para ello la presencia de cierta sociedad precolombina que ha dado mucho que hablar últimamente.


En definitiva, "The Red Wing" es un cómic que merece la pena descubrir. Puede resultar confuso, incluso ilegible para algunos lectores, pero eso se debe a que requiere cierta flexibilidad cognitiva: el lector debe aplicar un modelo no lineal para alcanzar las deseadas respuestas, tal cual exponíamos anteriormente. Cualquier obra que sea capaz de llevar al lector más allá de sus planteamientos previos, ya sea un cómic, un libro o una película, merece indudablemente ser objeto de atención y por eso es motivo de celebración que Panini, animada por la creciente popularidad de Hickman, se haya animado a publicar "The Red Wing". El tomo de Panini, con un edición estupenda como de costumbre, recoge los cuatro números de la miniserie original y algún que otro extra a un precio de 14 euros.

Próximamente se publicará otra de las obras de Hickman en Image: "Pax Romana". Espero que las ventas sean lo suficientemente buenas como para abrir la puerta a la futura publicación de otras obras de Hickman como la reciente "The Manhattan Projects", así como de otras interesantes propuestas surgidas en el seno de Image. Como decíamos al principio, algo está pasando en Image y ese algo está dejando una gran cantidad de buenos cómics por el camino.

Comentarios

  1. Hola Okubo, adivina quien se ha dejado caer por aquí tras nuestra conversación comiquera hoy en Twitter. Me he dicho que hacía demasiado que no me daba una vuelta por tu blog y justamente caigo sobre la reseña de uno de los cómics que me has recomendado hoy.

    Y vaya pedazo de texto, en serio, te felicito, increíblemente bien escrito, estructurado, ameno y sobre todo claro a pesar de explicar unas premisas complicadas. Ya me gustaría ser capaz de escribir tan bien.

    Me has vendido completamente el cómic. Los Viajes en el Tiempo siempre han sido mi premisa favorita. Basta con ver que uno de mis libros favoritos es El Fin de La Eternidad de Asimov; que mi película favorita es Regreso Al Futuro; y que mi serie favorita (como si no lo supieras) es Doctor Who (DOCTAAAAAAAH!).

    Así que toda esta experimentación de Hickman sobre el tema que describes aquí me ha fascinado. Tengo mucha curiosidad sobre todo por la manera de aprovechar el lenguaje del cómic para la narración que describes, con los espacios entre viñetas representando las barreras vibratorias. Me encanta cuando un cómic es capaz de aprovecharse de formas tan inteligentes del lenguaje del medio.

    Una vez más, gran artículo. ;)

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  2. Hola, llevo tiempo tentado por este cómic y tu reseña me ha convencido. Además al descubrirla, he descubierto este estupendo blog, casualmente muy similar al mío, tanto en nombre como contenidos aproximados:

    http://mundosenparalelo.blogspot.de/

    Me he hecho inmediato seguidor y te he enlazado en mis favoritos.

    Saludos en paralelo.

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