Ir al contenido principal

[Anime] Crítica de Berserk (2016): ten cuidado con lo que deseas


Berserk tiene fama de ser un manga maldito y hasta cierto punto esa fama está justificada. Después de todo, las dos últimas editoriales que han tratado de publicar esta historia de oscura fantasía medieval en España han acabado cerrando. La última de ellas, la desaparecida EDT, estuvo a punto de alcanzar el ritmo de publicación japonés, pero se quedó en el tomo 36 de los 39 aparecidos en el país nipón. La propia edición japonesa tiene sus problemas, con su errático ritmo de publicación y sus constantes hiatos. Cuesta hacerse a la idea, pero este manga empezó a publicarse en 1990 y a día de hoy, 26 años después, aún no se ven señales de su posible final. Muchos creen que el autor, Kentaro Miura, no tiene ni idea de cómo acabarlo y por eso cuando la publicación no está en pausa se dedica a alargar de forma insoportable las historias y a dar vueltas sobre los mismos conceptos una y otra vez. Como lector, esto es algo que me molesta, pero que puedo comprender. Diría que incluso puedo empatizar con el pobre Miura. Berserk es sin duda su obra más popular y rentable, ¿y si tras acabarla no vuelve a desarrollar ninguna serie de éxito? Es más, ¿y si tras tantos años ofrece un final mediocre que no logre estar a la altura de las expectativas? A nadie le gustaría ser recordado por haber creado una obra extraordinaria con un final pésimo, por lo que supongo que el autor prefiere dejar las tramas abiertas en lugar de cerrarlas de forma deficiente. Es preferible ser recordado como un autor excelente pero vago que como un autor excelente que al final resultó ser decepcionante.

Sin embargo, yo no llegué a Berserk por el manga sino por el anime. A finales de la década de los 90 se produjo una serie de 25 episodios que adaptaba el arco más célebre del manga, conocido como La Edad de Oro, y que Jonu Media editó en DVD en España (editora que, siguiendo con la maldición, lleva años desaparecida). Aquella serie hubiese sido una adaptación casi perfecta de no ser por su abrupto final, que era demasiado abierto y planteaba demasiadas dudas. Fue la necesidad de saber qué sucedía después la que me llevó a buscar la continuación de la historia en el manga y la que en última instancia me lanzó al eterno purgatorio en el que viven los lectores de Berserk. Durante mucho tiempo deseé que se produjese una continuación que retomase la historia donde la dejó aquel primer anime, aunque ese deseo me fue negado. Incluso cuando se produjo una nueva adaptación en forma de tres películas se eligió narrar de nuevo el arco de La Edad de Oro, aunque esta vez con un final mucho más detallado y conclusivo. No obstante, esas tres películas hicieron que mi deseo de ver adaptados los demás arcos argumentales del manga se redoblase. Pues bien, finalmente ese deseo se ha hecho realidad, pues acaba de concluir la primera temporada del nuevo anime de Berserk, compuesta de 12 episodios y cuya historia se sitúa tras La Edad De Oro. Por tanto, esta nueva serie lleva al fin al anime la ansiada continuación de la historia. Esto debería haber sido un motivo de celebración, pero como reza el dicho: ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad.

Antes de abordar el nuevo anime, y aún a riesgo de alargar en demasía esta introducción, es necesario hablar sobre las películas. La trilogía que adaptó La Edad de Oro fue elaborada por Studio 4ºC, un estudio cuyo trabajo admiro y al que considero vanguardista en muchos sentidos. En estas películas los artistas de Studio 4ºC decidieron emplear una combinación de animación digital y animación tradicional que a veces resultaba algo chocante, pero que en definitiva funcionaba bastante bien. Por lo general se reservaron el empleo de los gráficos por ordenador para los planos de batallas multitudinarias entre ejércitos, dejando que la animación tradicional desplegase su magia en los primeros planos y en la mayoría de escenas que servían para desarrollar a los personajes. El contraste entre ambas técnicas seguía siendo llamativo, pero incluso esto supieron aprovecharlo bien en la tercera y última película, en la que el componente sobrenatural de la historia tomaba protagonismo. En ese sentido, el aspecto distintivo de la animación digital sirvió para conferir una extrañeza muy particular a las imposibles criaturas inhumanas que hacen aparición al final de La Edad de Oro. Por tanto, cuando se anunció que el nuevo anime de Berserk también iba a combinar los dos tipos de animación en principio no había motivo para desconfiar. Entonces se mostró el primer trailer y todas las alarmas se dispararon.


Desconozco cómo funciona la animación digital y carezco de los conocimientos técnicos para poder juzgarla, así que lejos queda de mi intención el querer valorar este anime de forma objetiva. Es más, no tengo ni idea de cuánto ha costado animar la nueva serie de Berserk, ignoro si ha contado con un presupuesto alto o bajo y no sé cómo se ha empleado dicho presupuesto. Lo único que puedo valorar es mi impresión puramente subjetiva: la estética de este anime es horrible y deja mucho que desear. El abuso de la animación digital ha dado lugar a unos personajes estáticos e inexpresivos que parecen muñecos carentes de vida. Las escenas de combate, una de las señas de identidad de la franquicia, no sólo han carecido de toda espectacularidad, sino que además han resultado artificiales, ortopédicas, confusas y poco creíbles. Por si fuera poco, el contraste entre lo digital y lo tradicional ha sido incluso más llamativo que en las películas, delatando que la integración entre ambas técnicas ha sido deficiente y haciendo que se viesen las costuras de la producción en más de un capítulo.

Creo que puedo entender los motivos por los que se tomaron ciertas decisiones estéticas, pero eso no ha evitado que cada nuevo capítulo fuese una tortura visual. Por ejemplo, puedo entender que para imitar en cierta medida el aspecto del rayado del manga original de Miura se optase por añadir una textura rayada al color de los modelos de los personajes. Sin embargo, esa textura no parece estar integrada en el modelo ni acompaña sus movimientos sino que se percibe como si estuviese flotando sobre él, como si estuviese desconectada. No funciona como sombreado ni sirve para potenciar la sensación de tridimensionalidad como sí lo hacen los trazos de Miura en el manga. De hecho, por mucho que los modelos estén en tres dimensiones casi siempre los he percibido como si fuesen bidimensionales, lo cual me hace preguntarme qué sentido tenía entonces emplear los gráficos por ordenador. Supongo que la animación digital puede servir para abaratar costes de producción y reducir el tiempo necesario para realizar un capítulo, pero en casos como este conviene preguntarse si el resultado artístico está a la altura. Independientemente de mis preferencias, que se decantan hacia la animación más tradicional, soy consciente de que hay muchísimas producciones digitales con un indudable nivel artístico. Este nuevo anime de Berserk no es una de ellas.


Ojalá pudiese decir que las partes animadas de forma tradicional han servido para compensar las severas carencias de los modelos digitales, pero no es el caso. Ni siquiera los escasos momentos dibujados a mano logran arreglar el desaguisado, por lo que no hay mejor adjetivo para describir el aspecto de este anime que feo. No se trata de una fealdad intencional (después de todo, el manga de Miura no es precisamente bello), sino una fealdad producto de un acabado deficiente y cutre: los personajes apenas se mueven y cuando lo hacen sus movimientos no parecen naturales ni fluidos, los gestos y las expresiones faciales brillan por su ausencia y los fondos son casi inexistentes en la mayoría de escenas.

Pero basta ya de hablar sobre el apartado visual. Un buen argumento y un interesante desarrollo de personajes justifican el visionado de cualquier serie por muy horrenda que sea su estética. Pero ay, esta serie también falla en lo narrativo. En primer lugar, diría que se trata de una serie muy poco accesible para aquellos espectadores que no conozcan el manga o que al menos hayan visto la reciente trilogía de películas. La decisión de saltarse casi por completo el primer arco argumental del manga, lo que se conoce como el arco del Guerrero Negro, me parece un gran error. Si la intención era continuar la historia de las películas, el arco del Guerrero Negro se sitúa cronológicamente a continuación. Además, es la introducción perfecta para el personaje protagonista y por tanto habría servido para que aquellos que desconocen las anteriores adaptaciones pudiesen seguir sin problema esta nueva serie.

El mayor pilar de Berserk es Guts, su protagonista, el mencionado Guerrero Negro. Aunque su aspecto sea el de un espadachín despiadado y carente de emociones que se dedica a cazar demonios, en su interior bullen tumultuosas emociones que lo convierten en un ser fascinante. Esto es algo que el final del arco del Guerrero Negro (el primero del manga, ya que La Edad de Oro es un flashback a su pasado) consigue mostrar en la célebre escena en la que Guts llora desconsoladamente tras ser recriminado por una niña cuya vida acaba de salvar. Guts es alguien roto por dentro, consumido por una obsesión y aplastado por el peso de la culpa. Creo que esto es lo que marca la diferencia y le convierte en un personaje interesante, ya que contrasta de forma muy potente con su aspecto de guerrero sanguinario sacado de un relato de espada y brujería. Cualquier adaptación debería girar en torno a esto y lo cierto es que las dos anteriores lo hicieron en buena medida, otorgando el debido espacio a las emociones del protagonista. Es cierto que ambas adaptaciones narraron los orígenes del personaje y los eventos que acabaron configurando ese agitado mundo interior suyo que tan interesante me resulta, por lo que el Guts que aparece en ellas no es el Guts que encuentro más atractivo. Dicho Guts es el que debería haberse mostrado en el anime estrenado este año, pero una vez más la producción no ha cumplido con lo esperado.


La narración de esta adaptación de Berserk se ha caracterizado por ser errática y confusa, dando por sabidos muchos aspectos que sólo quien hubiese leído el manga podía conocer. Esto puede ser criticado, pero lo criminal ha sido relegar al personaje de Guts a un rol secundario en su propia historia. Su presencia en algunos capítulos ha sido como mucho testimonial, por lo que su desarrollo como personaje ha sido casi inexistente. No tengo la sensación de que se haya mostrado ni una pequeña porción de lo que hace que este personaje sea tan especial y eso es imperdonable para una adaptación de Berserk. Guts es una deconstrucción del típico héroe de relato fantástico que pone en duda la concepción tradicional del heroísmo e incluso de la masculinidad asociada al héroe, pero nada de esto se ha insinuado ni por asomo en el nuevo anime. En su lugar el protagonismo ha recaído sobre el resto de personajes que en el manga orbitan alrededor de Guts: Puck, Isidro, Casca, Farnese, Serpico...

Una vez más, esto también se podría haber perdonado si al menos el desarrollo de esta cohorte de personajes secundarios hubiese sido interesante, pero peca de las mismas carencias que el del protagonista. En algunos casos, como el de Farnese, la manera en la que se aborda el pasado del personaje y cómo ha configurado su personalidad me ha parecido inadecuada y poco fiel a la historia original. Puede que los datos generales que ofrece esta adaptación sean los mismos, pero son los detalles que se ignoran o se modifican los que acaban configurando la percepción última del espectador. Me resulta complicado creer que alguien pueda pensar que Farnese es un personaje complejo e interesante sólo en base a lo que ha mostrado esta adaptación, que como mucho se ha quedado en la superficie. Y eso que Farnese ha sido uno de los personajes a los que más tiempo en pantalla se le ha concedido. Otros como Serpico han pasado con más pena que gloria y otros como Puck e Isidro se han visto reducidos a participar en los momentos cómicos y poco más.

Pese a todo, me alegro de que al fin algunos de los personajes fundamentales de Berserk hayan aparecido en el anime más allá de un mero cameo en una de las películas. En especial me alegro por poder ver a Puck. Considero que este pequeño elfo volador que viaja junto a Guts es tan protagonista de la obra como su compañero. Después de todo, Puck es el personaje a través del que el lector del manga descubre a Guts y empatiza con él. Pero sin dejar de lado su participación en la vertiente dramática, también es el personaje cómico por antonomasia y sirve para introducir las pausas humorísticas en la historia. El humor, que tan presente está en el manga de Miura, no había aparecido en las anteriores adaptaciones al anime. Esta es la primera vez que un anime de Berserk se atreve a combinar drama y comedida como hace el manga y el resultado es bastante positivo. Creo que la versión anime de Puck es muy divertida y en ocasiones consigue hacer que te olvides de la horrenda estética y de la desastrosa narrativa. Su combinación con Isidro, el muchacho que aspira a convertirse en aprendiz de Guts, me parece de lejos lo mejor de esta adaptación y una fuente inagotable de risas. Algo positivo había que rescatar de todo este desastre y ese algo es el componente humorístico. Puck e Isidro salvan muchos capítulos de la mediocridad porque al menos consiguen hacerte reír.


Puestos a salvar algo más, también sería conveniente mencionar la aportación del insuperable Susumu Hirasawa a la banda sonora. Este compositor electrónico tan particular, colaborador habitual del añorado Satoshi Kon, ya se había encargado de componer la banda sonora del primer anime y el tema principal de las películas. En esta ocasión su participación se reduce a un único tema, titulado Hai yo (Oh, cenizas), que se repite en todos los capítulos y es responsable de que funcionen muchas de las escenas. Cuando la presencia en pantalla de Guts no es todo lo imponente que debería o cuando sus combates carecen de la contundencia a la que aspiran, el tema de Susumu Hirasawa se encarga de transmitir el estado de ánimo necesario al espectador. Berserk es menos Berserk sin el genio de Hirasawa y por suerte su música acude al rescate de este anime cuando sus otros apartados fallan.

Más allá del humor y del maravilloso tema Hai yo poco más puedo destacar como positivo. Algunos aspectos de esta serie han rozado lo absurdo, como la presencia de una inconsistente y mojigata censura que permite mostrar sangrientas decapitaciones pero no los pezones de una mujer. Estamos hablando de un manga para adultos y se presume que sus adaptaciones van dirigidas al mismo público, aunque puede que la censura sea algo que se deba más a la distribución internacional que al estudio de animación. Sé que en ocasiones la censura se añade a posteriori por motivos que nada tienen que ver con los deseos de los artistas, así que no lo tengo claro. Aún así insisto en que habría perdonado la censura y otros muchos aspectos criticables si la caracterización de los personajes y el argumento hubiesen estado a la altura. No ha sido el caso.

No voy a entrar en más detalle respecto a la historia o los personajes. Como ya he dicho antes, este anime da por hecho que el espectador ya conoce al menos el arco de La Edad de Oro, por lo que no tiene mucho sentido recomendarlo a aquellas personas que no hayan leído el manga o no hayan visto alguna de las anteriores adaptaciones. Ver esta nueva serie sin tener ni idea de la obra de Miura puede conllevar un severo disgusto, pues los últimos capítulos recurren a conceptos importantes de la mitología de Berserk que no llegan a ser explicados en pantalla y pueden ser confusos para los espectadores noveles. Repito una vez más que no se trata de una serie accesible, lo cual se combina con su deficiente apartado estético y su narración errática para dibujar un panorama bastante desolador. No hay muchas razones para ver esta serie a no ser que ya seas fan de Berserk y, en caso de que no conozcas la franquicia y tengas curiosidad por hacerlo, siempre será mejor recurrir a alguna de las adaptaciones previas o al propio manga. De todas formas, los valientes que quieran atreverse con ella pueden verla de forma gratuita y legal (en versión original con subtítulos en castellano) a través de la plataforma Crunchyroll. La serie tendrá una segunda temporada en 2017, pero visto lo visto yo al menos no espero mucho de ella.

Es frustrante pasarse años deseando una adaptación de un manga que te gusta y encontrarte que al final dicha adaptación es un producto que parece realizado sin un ápice de buen gusto o de cariño por el material original. Incluso aunque Kentaro Miura haya participado en el guión de uno de los episodios y haya supervisado la producción, en general la calidad de este nuevo Berserk sencillamente no está a la altura. Soy consciente de que yo no soy quién para juzgar y de hecho casi siempre evito cualquier tipo de crítica destructiva. No es mi intención que este texto se perciba como tal, sino como una mera expresión de esa frustración de quien ama una franquicia y considera que su más reciente adaptación no logra alcanzar el nivel marcado por las anteriores. Suficientes odios ha despertado este anime en la red como para que además venga yo a culpar al estudio o a Miura por permitir que se lleven a cabo tales disparates con sus personajes. Yo simplemente deseaba que la historia de Berserk más allá de La Edad de Oro fuese adaptada al anime y eso es justo lo que he conseguido. La próxima vez tendré más cuidado con lo que deseo.


Comentarios

También te puede interesar...

Iniciarse en Warhammer 40.000: Guía de lectura de La Herejía de Horus para novatos

[Anime] Crítica de Utena, la Chica Revolucionaria: la princesa que quiso ser príncipe

[Animación] The Midnight Gospel y su reflexión sobre la muerte

[Galería hipotética] Los personajes de Warhammer 40.000: Rogue Trader, el juego de rol de Owlcat Games