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[Cómic] Reseña de Marvel Pride (2023): aciertos y errores en el camino hacia un Universo Marvel más queer

  Una de mis principales críticas al primer especial Marvel’s Voices: Pride consistía en que, pese a ser una gran celebración de la diversidad, los géneros y sexualidades que aparecían en sus páginas distaban mucho de abarcar toda la realidad LGBT+. Aunque la presencia de varios personajes trans era algo digno de aplauso, en ninguna de las historias aparecía un personaje situado en el espectro asexual, un personaje de género no binario o un personaje de género fluido. Sin querer entrar en el absurdo debate en torno a las siglas, está claro que el colectivo LGBT+ no se limita a la L, la G, la B y la T. Yo suelo quedarme en esas cuatro letras por costumbre y por economía del lenguaje, pero siempre añado ese signo “+” que indica que la cosa no se acaba ahí. Las personas ace, las personas intersexuales, las personas que se definen como queer y otras muchas personas cuyas realidades están menos visibilizadas en la cultura popular también merecen tener su representación. Quizá deberíamos abandonar de una vez las dichosas siglas y llamar al colectivo como lo que realmente es: un grupo de personas de géneros y sexualidades diversas, sean cuales sean. Puede que así resulte más fácil darnos cuenta de que cualquier celebración del Orgullo también debería incluir esas otras realidades. En ese sentido, y desde mi punto de vista, la de Marvel se quedó algo corta.

No obstante, la línea Marvel’s Voices repitió al año siguiente con un segundo especial antológico, de nuevo con el título de Marvel’s Voices: Pride. Mi intención en el siguiente artículo es echarle un vistazo y comprobar si mejoró en este aspecto. Como ya tuve ocasión de comentar de forma extensa la anterior antología (pulsa aquí para acceder a la reseña), no voy a repetir ahora las mismas reflexiones que hice entonces. Sobra decir que, aunque yo sea parte de su público objetivo y disfrute con este tipo de publicaciones como el que más, sigo albergando cierto resquemor hacia el hecho de que una gran empresa como Marvel venda productos con motivo del Orgullo. Nunca me voy a sentir cómodo ante la mercantilización de las realidades LGBT+ y mucho menos cuando se lleva a cabo amparándose en el Orgullo, que siempre debería ser más una reivindicación que una celebración. Que el capitalismo rosa y el rainbow-washing no nos hagan olvidar que el Orgullo empezó como una revuelta violenta en contra de la opresión hacia las personas LGBT+ y que esa opresión podría regresar en cualquier momento. Puede que ya lo esté haciendo y muchos ni siquiera se hayan dado cuenta todavía. Por tanto, cuando una empresa quiere sumarse al Orgullo y vender un producto, en este caso un cómic, es responsabilidad nuestra, de los miembros del colectivo, analizarlo para comprobar qué imagen transmite sobre nosotros, realizar los juicios pertinentes y protestar si encontramos motivo para ello.

Pero, dejando a un lado sus contenidos, algo indiscutiblemente positivo de los especiales del Orgullo de Marvel es que sirven para visibilizar no sólo a los personajes sino también a los autores LGBT+ de la editorial. No me cabe duda de que su trabajo habrá tenido que pasar por el filtro de los editores y cumplir con una serie de requerimientos para ser publicado, pero no deja de ser una ventana hacia la obra de artistas que forman parte del colectivo y que tienen algo que decir. Reconocer su labor me parece de especial importancia, ya que, si los lectores que formamos parte de su misma comunidad no lo hacemos, ¿entonces quién lo va a hacer? La motivación para escribir este artículo también parte de querer reivindicar a estos autores.

Aclarado esto, ya podemos pasar a comentar los contenidos del cómic y para ello voy a apoyarme en la edición que realizó Panini dentro de su línea 100% Marvel HC y que llevó por título Marvel Pride (2023). No es ningún secreto que las políticas editoriales de Panini llevan bastante tiempo disgustándome y que el hecho de haber publicado el especial anterior en un tomo de tapa dura me pareció un error. Si ya me molesta que la propia Marvel mercantilice la celebración del Orgullo, que la editorial española convierta esa celebración en un producto de lujo me parece que es algo que roza el insulto. Aún así, Panini supo encontrar la manera de molestarme aún más con la edición de la segunda antología. Marvel Pride (2022) es un tomo de 160 páginas a 22€. Sus contenidos extra me parecen un tanto prescindibles, pero puedo entender ese precio. Lo que no puedo entender es que Marvel Pride (2023), teniendo 112 páginas cueste 21€; prácticamente el mismo precio pese a tener casi cincuenta páginas menos. El encarecimiento que han sufrido las publicaciones de Panini estos últimos años es absurdo y este artículo no es el lugar más indicado para señalarlo, pero una vez más tengo que lamentar que este cómic, que podría haber sido una estupenda forma de acercar la realidad LGBT+ a los lectores habituales o de atraer a nuevos lectores LGBT+ al Universo Marvel, no sea más asequible.

Y, ahora ya sí, vamos a desgranar las historias contenidas en esta segunda antología:

  • Todos mis ex en el nexo es una de las historias que se utilizaron como reclamo promocional para vender este especial, pues suponía la tan ansiada reunión de los Jóvenes Vengadores tras mucho tiempo recorriendo caminos separados. Escrita por Alyssa Wong (Star Wars: Doctora Aphra) y dibuja por Stephen Byrne (Liga de la Justicia/Power Rangers), se trata de una historia entretenida que intenta replicar algunos de los elementos que hicieron brillar el último volumen de las aventuras del equipo juvenil. Por desgracia, no está a su altura. De hecho, ni siquiera llega a ser una auténtica reunión de los Jóvenes Vengadores por la ausencia de varios de sus integrantes. El argumento arranca con Loki, que ha sido hecho prisionero por un grupo de exnovios, exnovias y exnovies que ansían venganza. La primera página recurre a un obvio paralelismo con uno de los arcanos del tarot, mostrando a Loki colgado cabeza abajo, pero al final el simbolismo de esa imagen no resulta relevante para la historia. Mientras Loki distrae a sus captores con una historia, lanza un mensaje de alerta a sus antiguos aliados de los Jóvenes Vengadores, haciendo que Hulkling, Wiccan y America Chavez acudan en su ayuda. Por el camino, los héroes viajan a través de varias dimensiones gracias a los poderes de America, recurriendo al recurso de romper los límites de las viñetas para pasar de una a otra que tan bien se empleara en su colección y que aquí me parece mucho menos inspirado. La conclusión de la historia tiene un giro cómico que me resulta menos entrañable de lo que debería, pero al menos el combate contra los ex de Loki es gracioso. El propio conjunto de ex me parece gracioso en sí mismo, por poco original que sea el concepto. No se puede esperar mucho de una historia tan corta y, en última instancia, Todos mis ex en el nexo es una lectura inofensiva. Sin embargo, me tomo muy en serio la posibilidad de que vuelvan los Jóvenes Vengadores, quizá el grupo de superhéroes más abiertamente LGBT+ de todo el Universo Marvel. Este supuesto regreso no es lo que esperaba, desde luego.

  • Antiguo y moderno es otra historia breve e inofensiva, que en esta ocasión parte de una idea muy interesante. Sus protagonistas son Hércules y Marvel Boy (Noh-Varr), una inesperada pareja surgida en las páginas de la colección de los Guardianes de la Galaxia cuyos orígenes no podrían ser más distintos. Hércules es un dios olímpico, acostumbrado a enfrentarse a criaturas mitológicas, mientras que Noh-Varr es un alienígena Kree procedente de una realidad alternativa que se ha enfrentado a las amenazas más extrañas y psicodélicas. Pues bien, el gran acierto del guionista Andrew Wheeler (Sins of the Black Flamingo) y la dibujante Brittney Williams (Patsy Walker alias Gata Infernal) es crear una amenaza que fusiona el trasfondo de ambos personajes, en este caso una división de los Kree que ha decidido combinar su tecnología con magia olímpica. Así ha nacido la Supremedusa, un híbrido entre la Inteligencia Suprema Kree y la Medusa mitológica, cuyo poder de petrificación amenaza a todo un sector espacial. Por suerte, Hércules y Noh-Varr están allí para solucionar la situación y luego darse unos arrumacos. No hay mucho más en esta historia, pero lo poco que hace me resulta inteligente y novedoso. Dudo mucho que volvamos a ver a la Supremedusa en el futuro, pero aprovechar el trasfondo de los personajes de una forma tan inesperada denota interés en ellos y en su historia previa. A veces tengo la impresión de que falta un poco más de esto entre los autores del Universo Marvel.

  • LGBT-D es una historia escrita por la comediante y guionista de televisión trans Grace Freud (Rick & Morty) y dibujada por Scott B. Henderson (A Girl Called Echo). En ella se presenta un grupo de adolescentes trans con superpoderes que se reúnen en un centro social y tienen al héroe retirado D-Man (Hombre D u Hombre Demolición, un antiguo sidekick del Capitán América que llegó a tener el estatus de Vengador honorario) como mentor. Elles son Lástima, una chica con el poder de hipnotizar a la gente con historias tristes (¡mi favorita!), Afelio, una persona de género no binario que congela cosas, Pirómano, un chico trans que controla el fuego y al que le sobra entusiasmo, y Pillacaras, una joven que puede transformarse en cualquiera siempre y cuando le parezca lo bastante guay. Me consta que se ha puesto cierto esfuerzo en definir y caracterizar a estos nuevos personajes, lo que no resulta fácil en una historia de unas pocas páginas de extensión. El grupo está esperando a la llegada de Spiderman para una charla inspiradora, pero las villanas del Sindicato Siniestro han seguido al trepamuros hasta el lugar y tanto Hombre D como sus protegidos deben entrar en acción. No hay espacio para mucho más, pero la historia sirve para introducir a cuatro nuevos personajes trans, uno de ellos de género no binario, en el Universo Marvel. No creo que los vayamos a ver en las colecciones principales, pero al menos sí en los especiales de esta línea (de hecho vuelven a aparecer en la última historia de este mismo especial). Mejor eso que nada, supongo. La historia también contiene un referencia al mundo real que me parece muy interesante: el centro social en el que se reúnen los personajes lleva el nombre de Matt Baker, uno de los primeros autores negros en hacerse una carerra exitosa en el mundo del cómic. Según algunas fuentes era un hombre gay que vivía dentro del armario, un detalle muchas veces omitido cuando se habla sobre su trabajo. Durante la década de los cuarenta, Baker trabajó en Marvel y colaboró con Stan Lee en cabeceras como Wild Western, Love Romances, Strange Tales, World of Fantasy y Tales to Astonish. También se le considera el creador de la primera novela gráfica como tal (It Rhymes With Lust, de 1950). Por desgracia murió muy joven, con sólo 37 años, y hoy en día es poco conocido. Que se mencione en este cómic supone una pequeña reivindicación, aunque mucho menos de lo que merece su figura.

  • Una estampa perfecta es la historia en la que Danny Lore (Campeones) y Lucas Werneck (Inmortal Patrulla-X) llevan a cabo uno de esos actos de justicia retroactiva que tanto me gustan. Horatio Walters, alias Venomm, es una antiguo mercenario aficionado a las serpientes que combatió a las órdenes del villano Erik Killmonger hace años y acabó hecho prisionero en Wakanda, donde estableció una relación con su custodio, un hombre llamado Taku. El personaje de Venomm se presentó en Jungle Action #6 USA, publicado en 1973, y la intención original del guionista Don McGregor era hacer que su relación con Taku fuese más allá de la amistad. Ambos iban a formar una pareja gay interracial, algo bastante osado incluso para la Marvel de los setenta. La censura de entonces impidió que McGregor pudiera hacerlo de forma explícita, así que ambos personajes entraron en la categoría de personajes codificados como LGBT+: la lectura de que eran pareja estaba ahí de forma implícita, pero nunca se pudo poner por escrito, nunca se pudo confirmar más allá de toda duda. Así pues, Una estampa perfecta recupera a estos dos personajes semidesconocidos para mostrarnos que ambos son ahora una pareja casada que vive en Wakanda y que protege las fronteras del país africano de los invasores. Después de tantos años, al fin han dejado de ser personajes codificados como LGBT+ y pueden escribirse abiertamente como un matrimonio gay interracial. Dudo mucho que alguien que no haya leído el viejo arco de La furia de la Pantera de McGregor pueda recordar a Venomm y a Taku, pero reivindicar su relación me parece un acto de justicia y de reparación. No sólo se está respetando la intención original del guionista de aquellos años, sino que además se está recuperando a estos viejos personajes para darles el final feliz que se les negó en su momento. Dibujada de forma estupenda por Lucas Werneck, esta historia resulta simple en su primera lectura, pero esconde mucho más de lo que parece.

  • No te metas en mi territorio mental, colega es la aportación de Christopher Cantwell (Iron Man) y Kei Zama (Transformers) a esta antología. Mientras Starlord pone una vieja película a sus compañeros de los Guardianes de la Galaxia, Dragón Lunar se queda dormida y su sueño recrea lo que ha visto en la pantalla: bandas de moteros vestidos de cuero que pelean por su territorio contra bandas rivales. De esta forma, Dragón Lunar se convierte en la violenta líder de los Dragones, mientras que su pareja, Phyla-Vell, la hija del Capitán Marvel original, aparece en el sueño como la líder de una banda enemiga, los Marvels. La cosa se complica cuando el Gran Maestro, uno de los Primigenios del universo, aprovecha el sueño de Dragón Lunar para adentrarse en su mente con la intención de tomar el control. Pero incluso en ese mundo onírico, Dragón Lunar está enamorada de Phyla-Vell y ambas hacen equipo y dirigen a sus respectivas bandas hacia el verdadero enemigo: el Gran Maestro, que ha ocupado el rol del alcalde de esa ficticia ciudad repleta de moteros. Tras su etapa como guionista de Iron Man me había quedado claro que Christopher Cantwell era un aficionado al motor y aquí tiene la oportunidad de crear su propia fantasía motera, en la que no cuesta mucho rastrear sus referentes reales. La historia no tiene mucho más y, de hecho, a mí me parece una de las más flojas de la antología. Es más, al principio me pregunté qué hacía Cantwell escribiendo una historia aquí, pero una búsqueda rápida me confirmó que el guionista, casado y con dos hijos, había salido del armario como bisexual hace unos años. Basándome en sus trabajos anteriores, no habría sido capaz de deducirlo.

  • Más allá del arcoíris es una historia escrita por el popular podcaster Ira Madison III y dibujada por Lorenzo Susi (Love Unlimited Infinity Comic). Protagonizada por la Valquiria Rúna, un personaje LGBT+ relativamente reciente, tiene un claro tono cómico. Rúna acude a Thor para proponerle que Asgard celebre el Orgullo como hacen los humanos de Midgard, pero Loki aprovecha la oportunidad para hacerse pasar por él y rechazar su idea. Después le propone a Rúna organizar el Orgullo según sus propios términos y en el reino de los Gigantes de Hielo en lugar de en Asgard. Como era de esperar, la mentira se descubre pronto y Thor aparece para trasladar la fiesta al Bifrost, el Puente del Arcoíris. La historia tiene un par de ideas graciosas, como el hecho de que Thor se apunte a cualquier fiesta sea cual sea el motivo de celebración, y el estilo amable y caricaturesco del dibujo resulta apropiado para su tono, pero no deja de ser otra historia breve e inofensiva sin grandes aspiraciones. Quizá su mayor hallazgo consiste en apropiarse de alguna forma del Puente del Arcoíris para asociarlo con el Orgullo LGBT+. Sorprendentemente, tenemos este escenario en el Universo Marvel, este gigantesco arcoíris, y los lectores del colectivo todavía no hemos hecho lo suficiente como para apropiárnoslo y convertirlo en nuestro símbolo.

  • Fiesta de pijamas perpetua es la historia más importante de esta antología, la más extensa y también la que más se promocionó antes de su publicación. Siguiendo la tradición del anterior espacial, en el que se presentó al personaje de Somnus antes de pasar a formar parte de los Merodeadores, esta historia presenta a otro personaje LGBT+ que más adelante tendría cierta importancia en la colección de los Nuevos Mutantes: Andanza, una chica trans con un poder mutante bastante original. Está guionizada por Charlie Jane Anders (Unstoppable), una escritora trans de ciencia ficción ganadora de una Premio Hugo y un Premio Nébula, nada menos, y dibujada por Ro Stein (Crowded), artista ace de género no binario. Mi primera impresión al leer esta historia fue que el equipo creativo sabía perfectamente lo que quería contar y cómo contarlo, pues hay algo tanto de Anders como de Stein en sus personajes protagonistas. Andanza es una joven trans llamada Shela Sexton que utiliza su habilidad mutante para robar a ricachones ingenuos, contando con la ayuda de su mejor amigue Morgan Red, de género no binario, también trans y también mutante. En su infancia, narrada a través de unas adorables viñetas que imitan el estilo de las tiras de Peanuts, Shela y Morgan se propusieron convertirse en supervillanes, pero supervillanes de las que ayudan a la gente y sólo hacen daño a quienes se lo merecen. Ante el rechazo de la familia de Shela, propiciado no por ser mutante sino por ser trans, Morgan le prometió que vivirían juntes en una fiesta de pijamas perpetua y que harían lo posible por cumplir su sueño. De esta forma, nos encontramos a ambos personajes ya crecidos y convertidos en ladrones. El robo que intentan llevar a cabo en esta ocasión sirve para explicarnos cómo funciona el poder de Andanza, que le permite intercambiar sus circunstancias de forma temporal con las de cualquier otra persona que se encuentre en las cercanías (en concreto, a dos metros de distancia). Por ejemplo, tras una batalla con una villana en la que Shela se rompe un brazo, Andanza usa su poder y la fractura pasa a afectar a su enemiga en lugar de a ella durante un cierto período de tiempo. Claro que, cuanto más complejo es el cambio, más posibilidades hay de que salga mal. Shela podría hacerse pasar por el presidente de Estados Unidos si quisiera, pero prefiere no hacerlo porque las consecuencias posteriores podrían ser funestas. Me parece un poder curioso y con muchas posibilidades, aunque también complicado de explorar. Precisamente la necesidad de entrenarse en el manejo de su poder mutante es lo que lleva a Shela a ponerse en contacto con Emma Frost para recibir formación y eso es lo que enlaza esta historia con el arco posterior de los Nuevos Mutantes. La Reina Blanca ya había intentado reclutar antes a Andanza, momento en el que le había desvelado una profecía de la vidente Destino en la que Shela provocaba de manera involuntaria la muerte de Morgan. Sabiendo que debe evitar que esa visión se haga realidad aunque eso signifique abandonar a Morgan y dejar atrás su fiesta de pijamas perpetua, Andanza acaba aceptando la oferta de Emma Frost. Este conflicto es una buena motivación para el personaje, así como la excusa para llevárselo a la franquicia mutante. En conclusión, esta es una muy buena historia de presentación que cumple con el principal objetivo que se propone, que es interesar lo suficiente al lector como para que quiera saber qué va a pasar a continuación con Shela y con Morgan.

Marvel Pride (2023) contiene dos o tres buenas historias, como hemos visto, pero el resto resultan bastante irrelevantes. Si bien mejora en el aspecto de representación, añadiendo personajes de género no binario al repertorio de héroes LGBT+ del Universo Marvel, sigue teniendo deberes pendientes en lo que a visibilizar a la comunidad ace se refiere. También diría que este especial es menos ambicioso en lo que a transmitir mensajes se refiere. La anterior antología contaba con historias como las de la cosplayer de Hulka, Camaleón o Karma que hablaban sobre el empoderamiento, la imagen corporal, la soledad y la reivindicación de la identidad. Todos ellos son temas de gran importancia, es especial para el colectivo LGBT+, pero no los veo presentes en la segunda antología. Las historias que acabamos de repasar hacen algunas cosas muy destacables, como oficializar a dos personajes codificados como pareja gay durante años o poner sobre la mesa el nombre de un autor como Matt Baker, pero temáticamente me parecen más pobres. No veo en ellas una auténtica reflexión sobre las distintas realidades que viven las personas LGBT+. Historias como la de los Jóvenes Vengadores, la de Hércules y Noh-Varr o la de la Valquiria Rúna carecen de ambición. Pretenden entretener, pero no instruir. Visibilizan, sí, pero no reivindican… o al menos no reivindican lo suficiente. Por todo esto, Marvel Pride (2023) me parece inferior a Marvel Pride (2022).

Salvaría, desde luego, la última historia, Fiesta de pijamas perpetua, porque es una de las pocas en las que percibo que hay algo más que mero entretenimiento. El pasado de Shela y Morgan, narrado a través de esas viñetas al estilo Peanuts que mencionaba antes, nos habla sobre vivencias de gran importancia para las personas trans, como por ejemplo la euforia de género. Es más, diría que logra explicar la euforia de género de una forma tan simple y efectiva que no necesita palabras para hacerlo. También me parece muy sutil la manera en la que esta historia refleja el rechazo que sufren las personas trans, incluso por parte de gente que forma parte del propio colectivo LGBT+. En la historia, Shela les cuenta a sus padres que es mutante y ellos se lo toman bastante bien. Sin embargo, cuando les desvela que es trans su respuesta es muy diferente e infinitamente más devastadora. La propia historia nos está transmitiendo la idea de que el hecho de ser un mutante dotado con poderes potencialmente letales se acepta con más facilidad que el hecho de ser trans, que no supone ninguna amenaza para nadie. Me parece una forma muy inteligente de utilizar el marco del Universo Marvel para sacar a relucir la intolerancia del mundo real. Los mutantes no son conocidos por gozar de una aceptación universal, al fin y al cabo. No olvidemos que, sobre todo en Estados Unidos pero también en Europa y el Reino Unido, las personas trans llevan años soportando campañas de odio que han dado lugar a terribles leyes discriminatorias, dignas de cualquier político antimutante del Universo Marvel.

¿Merece pues la pena Marvel Pride (2023)? Pese a todo lo anterior diría que sí. Tanto si eres lector de la franquicia mutante como si eres una persona LGBT+ (y me atrevo a decir que existe bastante solapamiento entre ambas categorías), te interesa leer la historia de presentación de Andanza. Es posible que las demás no te digan gran cosa, pero lo mínimo que puede pasar es que te entretengan durante un rato. Aún así, si sólo vas a comprar uno y tienes que elegir entre Marvel Pride (2023) y Marvel Pride (2022) te recomiendo que optes por el especial de 2022, ya que tiene mejores historias, plantea mejores temas y deja un mejor poso al lector. Las conversaciones que plantea Marvel Pride (2022) me resultan más relevantes y, después de todo, mantener esas conversaciones es la mejor celebración del Orgullo que se me ocurre.

Queda un último aspecto por comentar y es el que se refiere a los contenidos extra del tomo editado por Panini. El tomo de 2022 incluía una selección de números bastante cuestionable y puede que hasta prescindible, a mi parecer. En cambio, el de 2023 incluye un único número que me resulta mucho más recomendable y apropiado. En esta ocasión no se trata de uno de esos cacareados hitos históricos LGBT+ del Universo Marvel, sino un simple one-shot protagonizado por Hulkling y Wiccan (Hulkling and Wiccan #1 USA) que recopilaba en formato impreso los cuatro números que se editaron primero en formato digital en el servicio de suscripción Marvel Unlimited (Hulkling and Wiccan Infinity Comic #1-4 USA). Escrita por el guionista Josh Trujillo (Blue Beetle: Día de graduación) y dibujada por Jodi Nishijima (Teenage Mutant Ninja Turtles), esta historia lleva por título Posibilidades y supone todo un soplo de aire fresco a la anquilosada relación de la pareja gay por antonomasia del Universo Marvel. Su preciosa portada original, obra de Peach Momoko, puede verse bajo estas líneas.

Me encantan Hulkling y Wiccan, qué duda cabe. Me han encantado desde los primeros tiempos de los Jóvenes Vengadores. He comprado todas y cada una de sus apariciones con un fervor casi religioso. He seguido su relación y me ha alegrado comprobar que se convertía en algo oficial cuando ambos se daban el sí quiero. No obstante, desde que se han convertido en matrimonio se han vuelto… aburridos. Al haberse convertido en la cara más visible de la comunidad LGBT+ en el Universo Marvel han adoptado el rol de iconos, de símbolos. Eso tiene una vertiente positiva, pero también una muy negativa. Lo bueno es que tenemos a una pareja gay entre los héroes más destacados de la Casa de las Ideas, visibilizando al colectivo en cada una de sus apariciones. Lo malo es que cualquier cosa que se vaya a hacer con ellos va a ser analizada con lupa por parte de sus seguidores, que no tendrán problema en hacerle llegar sus quejas a la editorial si algo no les gusta. Eso a su vez supone una presión añadida sobre los autores, que no sólo están manejando a unos personajes de ficción sino que también están poniendo en riesgo a los mayores símbolos LGBT+ de la editorial con cada nueva historia. Incluso la propia editorial parece consciente de esta circunstancia y por eso ha ido reduciendo poco a poco la presencia de Hulkling y Wiccan hasta convertirla en algo testimonial. Tras la finalización de Imperio, el evento en el que se enmarcó su boda, la pareja formó parte de los Guardianes de la Galaxia durante una brevísima temporada y luego protagonizó un par de especial autoconclusivos conectados con otros dos eventos más. Puede que, ante la posibilidad de estropear a sus iconos, en Marvel hayan decidido que es mejor dejarlos como están.

Como lector, la situación de Hulkling y Wiccan hace tiempo que me parece estática y falta de interés. Los personajes aparecen de vez en cuando para luchar contra el supervillano de turno, pero no tienen que afrontar ningún desafío relevante para ellos en lo personal. Su relación es algo que se da por hecho, no sufre altibajos y carece de todo conflicto. El mensaje que se transmite es que Hulkling y Wiccan ya no tienen diferencias de opinión, no discuten por nada ni se molestan el uno con el otro por ningún motivo. Su relación es perfecta e ideal y no les despierta ninguna duda, lo cual dista mucho de cualquier relación mínimamente plausible. Incluso las parejas más perfectas e ideales acaban teniendo sus roces y sus diferencias, sus peleas y discusiones. Las relaciones maduran y crecen después de solucionar esos roces y diferencias. Se podría decir que una relación es un continuo diálogo, un perpetuo tira y afloja. Hace tiempo que la de Hulkling y Wiccan no es así y eso la hace… aburrida. ¿Cómo va a crecer si no hay conflictos en ella? ¿Cómo van a seguir madurando los personajes si se mantienen congelados en el tiempo? ¿Qué mérito tienen los aciertos que han acumulado a lo largo de su carrera si se les priva de la capacidad de cometer errores? Esto son tebeos y los tebeos necesitan emoción. Necesitan conflicto.

Posibilidades viene a añadir una saludable dosis de conflicto a la vida de la pareja. Tras una cena en la que invitan al Hombre de Hielo, a Estrella del Norte y a su marido, Kyle, surge una pequeña diferencia de opiniones entre Hulkling y Wiccan. Hulkling, convertido en el Emperador del Imperio Unificado Kree-Skrull, siente que sus responsabilidades deben mantenerle en el espacio. En cambio, Wiccan cree que deberían volver a la Tierra cuando los asuntos del Imperio se lo permitan. Aunque la cuestión parezca fantasiosa, lo cierto es que decidir el futuro común con tu pareja puede ser un asunto muy complejo y requerir muchísimas negociaciones. Algo en apariencia tan simple como elegir el sitio en el que vivir puede suponer el éxito o el fracaso de la pareja.

Detectando la pequeña brecha que se ha abierto entre Hulkling y Wiccan, la hechicera Agatha Harkness, antigua maestra mística de la Bruja Escarlata (la madre de Wiccan), decide tentar a los jóvenes con dos escenarios diseñados específicamente para ellos. Así, Hulkling se encuentra a sí mismo defendiendo el Imperio junto a un pirata espacial llamado Goebig, mientras que Wiccan vuelve a la Tierra para compartir aventuras con un héroe trágico llamado Eidolon. Durante unas cuantas páginas, Hulkling y Wiccan se olvidan el uno del otro y disfrutan de sus vidas junto a sus nuevas parejas; parejas que parecen complementarles de una forma tan íntima y tan especial que hacen palidecer el recuerdo de sus verdaderos amantes. Hay un punto de fanservice en esta historia y no tengo ninguna queja al respecto. Los diseños de los nuevos personajes me parecen fantásticos y la premisa de utilizarlos para poner a prueba el amor que comparten Hulkling y Wiccan, aunque no demasiado original, funciona muy, muy bien.

No hay que olvidar que Posibilidades nació como un Infinity Comic, ese formato con el que Marvel ha querido aproximarse a lo que hacen plataformas tan exitosas como Webtoon o Tapas, supongo que con la intención de atraer a lectores que por norma general no se acercan al género superheroico. Esta historia de Hulkling y Wiccan no dista mucho de algunas de las propuestas que yo mismo he podido leer en Webtoon, así que en ese sentido se puede considerar un acierto. No sé si habrá conseguido llegar al público que buscaba, pero al menos ofrece una historia juvenil y apasionada plasmada con un amable estilo de dibujo en el que prima la emoción sobre la acción. Esta es una de esas historias en las que el amor debe conducir a la pareja rota a reunirse de nuevo, pese a la distancia que los separa y las tentaciones que les incitan a permanecer lejos el uno del otro. Goebig y Eidolon no son verdaderos villanos, pues ellos no son los responsables de lo sucedido y su amor hacia Hulkling y Wiccan es totalmente real, por lo que el lector puede empatizar con ellos tanto como con los dos protagonistas. Pero he ahí el mayor conflicto: que Hulkling y Wiccan vuelvan a estar unidos significa que Goebig y Eidolon van a sufrir. Y mucho. Habrá quien considere que este drama telenovelesco no es propio del Universo Marvel, pero décadas y décadas de dramas telenovelescos marvelitas avalan este tipo de propuestas. Lo único que puede considerarse novedoso es que se trata de un drama telenovelesco gay, pues no ha habido muchos así en los cómics de la Casa de las Ideas.

Existe un tropo que podríamos definir como “el amor te mostrará el camino” que hemos visto decenas de veces en distintas historias en las que un apuesto protagonista masculino triunfa sobre las adversidades gracias al amor verdadero que profesa hacia su amada. Es un tropo que siempre me ha resultado ajeno, como cualquier otro tropo común en los romances heterosexuales. Sin embargo, la primera vez que lo vi aplicado a una pareja gay (fue en Star Trek: Discovery, por cierto) me llegó de una forma sorprendente e inesperada. Lo percibí como una forma de validación del amor entre dos hombres que no sabía que necesitaba. Pues bien, esta historia de Hulkling y Wiccan contiene ese mismo tropo. Nuestros dos personajes deben superar la prueba a la que están siendo sometidos gracias al amor verdadero que sienten el uno por el otro. En última instancia será su amor lo que les muestre el camino de vuelta a los brazos de su amante.

¿Recomiendo por tanto el especial de Hulkling y Wiccan? Desde luego que sí. ¿Diría que merece la pena comprar Marvel Pride (2023) sólo por tener el especial de Hulkling y Wiccan? Pues sí, diría que merece la pena gastarse los 21€ para tener este número... pero eso sólo si quieres tenerlo en formato impreso, claro. No seamos ingenuos y recordemos que esta misma historia se puede leer en formato digital en Marvel Unlimited junto a otras muchas. Por lo que valen dos o tres tomos de la línea 100% Marvel HC de Panini puedes pagar un año de Marvel Unlimited y tener acceso a más números de los que vas a leer en toda tu vida. Y, ya que menciono Marvel Unlimited, cabe añadir que esta historia que tanto he elogiado tiene una secuela que de momento sólo está disponible en formato digital (Love Unlimited Infinity Comic #25-30 USA), por lo que sólo se puede leer ahí. Aunque la historia original es autoconclusiva, esta secuela sirve para recuperar al personaje de Goebig. Imagino que más pronto que tarde se hará lo mismo con Eidolon.

Con esto termino mi comentario sobre Marvel Pride (2023). La historia extra y la presentación de Andanza sirven para redimir una antología que me parece inferior a la que se publicó el año anterior, aunque merece ser aplaudida por haber introducido de golpe en el Universo Marvel seis nuevos personajes trans (de los cuales dos son de género no binario). Queda en manos de los autores y editores que esos personajes lleguen a tener algún tipo de trascendencia dentro de este cosmos de ficción, pero el hecho de que existan ya es un primer paso. Sigue estando pendiente el tema de los personajes ace, que por segunda vez brillan por su ausencia. Por otro lado, el modelo iniciado con la presentación de Somnus y luego con la de Andanza parece estar ya bien establecido, lo que significa que con cada nuevo especial del Orgullo veremos la introducción de un nuevo personaje LGBT+ que luego tendrá cierta importancia durante los meses posteriores. Además de su arco dentro de la colección de los Nuevos Mutantes, Andanza también ha participado en una miniserie junto al resto del equipo, lo cual no está nada mal. Veremos que sucede con ella en el futuro, igual que veremos qué otros personajes se nos presentan mientras dure la iniciativa.

Puesto que Panini va con un año de retraso respecto a estos especiales del Orgullo, no veremos publicado en España el Marvel’s Voices: Pride de 2023 hasta junio de 2024. Si todo va bien, allí estaré para comentarlo al igual que he comentado los dos anteriores. Mientras tanto, y para amenizar la espera, no estaría mal echarle un ojo a los especiales del Orgullo que ha publicado estos últimos años la Distinguida Competencia. Me parece que podría ser una buena forma de comprobar cuál es el estado de la cuestión LGBT+ en el Universo DC. De momento nos quedamos con Hulkling y Wiccan. Y con Shela y Morgan. Y con Josh Trujillo, Jodi Nishijima, Charlie Jane Anders, Ro Stein y todos los autores que han ayudado a hacer el Universo Marvel un poquito más queer con estas historias.

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