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[Manga] Mis obras favoritas de las CLAMP: X

  Las CLAMP son un cuarteto de dibujantes japonesas formado por Tsubaki Nekoi, Satsuki Igarashi, Mokona Apapa y Nanase Ohkawa, autoras de mangas de gran éxito como Cardcaptor Sakura, Magic Knight Rayearth o Chobits. En esta serie de tres entradas voy a recuperar unos textos que escribí hace bastante tiempo para ser locutados en un podcast que ya no existe y en los que hablo sobre mis obras favoritas de las CLAMP. La segunda de ellas es X.



Cuando era niña, Kotori pasó mucho tiempo junto a su hermano Fūma y a su mejor amigo, Kamui. Los tres parecían inseparables, pero por desgracia Kamui tuvo que trasladarse a otra ciudad. Han pasado los años y ahora Kotori es una guapa adolescente que va al instituto en Tokio y sueña con enamorarse. Los pétalos de cerezo flotan en el aire cuando Kamui regresa al fin y se reencuentra con sus viejos amigos. Pero Kamui ya no es el mismo. Ha cambiado, parece desencantado con todo y ya no quiere saber nada de Kotori. Este podría ser el punto de partida de cualquier manga romántico para chicas, en el que nuestra bella protagonista va a tener que romper el gélido exterior de su amado hasta llegar a su tierno corazón, pero estamos hablando de un manga de las CLAMP. Es más, estamos hablando de un manga de la vertiente más oscura de las CLAMP, dentro de la que encontramos obras como RG Veda, Tokyo Babylon o Clover. En este caso, Kotori, nuestra supuesta protagonista, está destinada a sufrir una muerte prematura y atroz, dando inicio a una batalla que decidirá el destino de Tokio y, por extensión, de todo el planeta. Esta no es una historia sobre romances de instituto, como parecía al principio, sino una historia sobre el fin del mundo. Estamos en el año 1999. Se acerca el cambio de siglo y con él, el apocalipsis.

Creo que X es el único manga para chicas que conozco que tergiversa de forma tan brutal los tópicos de su género y las expectativas que generan en sus lectoras. Sin dar muchos detalles, lo que le sucede a Kotori es una auténtica barbaridad y parece impropio de un manga para chicas, desde luego, pero lo más gracioso es que sólo es el prólogo de una historia en la que todos y cada uno de los personajes están condenados de una forma o de otra. Este es otro de esos mangas de las CLAMP en el que no existen los finales felices. 

Esto es así porque nos encontramos ante una historia que se articula en torno a la idea de que el destino está predeterminado y, por tanto, no se puede cambiar ni se puede escapar de él. Kamui, nuestro verdadero protagonista, está destinado a empuñar la espada divina y a convertirse en el elegido de los siete Dragones del Cielo, los Siete Sellos, un grupo de hombres y mujeres superpoderosos que deben proteger Tokio de la destrucción. Resulta que Tokio es una ciudad diseñada según la sabiduría mística ancestral para proteger la Tierra, y sus lugares más emblemáticos, como la línea de Yamanote o la famosa Torre de Tokio, son lugares de poder. Si esos lugares son destruidos, la ciudad será destruida y esa destrucción se trasladará al resto del mundo, acabando con la humanidad.

Frente a los Dragones del Cielo se alzan los siete Dragones de la Tierra, los Siete Siervos, seres superpoderosos que desean que el mundo sea arrasado, que los seres humanos desaparezcan y que la naturaleza siga su curso desprovista de interferencias. Los Dragones de la Tierra también tienen un elegido armado con una espada divina y no es otro que Fūma, el hermano de Kotori y antiguo mejor amigo de Kamui. El destino ha predeterminado que los dos elegidos luchen entre sí… y sólo uno de ellos puede sobrevivir a ese choque definitivo. Si vence Fūma, Tokio se destruirá, la Tierra será devastada y los seres humanos desaparecerán. Si vence Kamui, la Tierra tal y como la conocemos se salvará, pero a costa de acabar con la vida de su querido amigo.



Esto es X: los Dragones del Cielo luchan sin cuartel contra los Dragones de la Tierra, matándose entre ellos y allanando el camino para la lucha final entre los dos elegidos y sus espadas divinas. Al final este manga resulta ser algo muy distinto de lo que auguraban sus páginas iniciales. Pero por su estética y su tratamiento de los personajes no deja de ser un manga para chicas, en el que los sentimientos son el principal centro de atención; sentimientos, eso sí, bastante oscuros. Aquí nos encontramos con personajes que se han resignado a morir en la batalla, que se sienten impotentes ante un destino que no pueden cambiar o que buscan desesperadamente darle un sentido a sus vidas antes de hallar la inevitable muerte que les espera. Y qué pedazo de personajes, cada cual más carismático que el anterior. Los personajes de X parecen competir entre ellos para ver quién es más guapo, quién viste con mejor estilo, quién posa mejor, quién tiene un trasfondo más trágico, quién tiene los poderes más espectaculares o quién va a tener la muerte más triste y desgarradora. Porque, sí, insisto: todos estos personajes han sido creados para morir. Es su destino.

Arashi, la sacerdotisa guerrera; Sorata, el monje enamorado; Nataku, el ser andrógino creado de forma artificial; Satsuki, la mujer fusionada con la tecnología que tanto ama; Kakyo, el triste vidente de sueños... hay muchos personajes memorables en X, pero por si esto no fuese suficiente, las CLAMP retomaron en esta historia a los dos maravillosos protagonistas de Tokyo Babylon, Subaru y Seishirō… colocando a cada uno de ellos en uno de los bandos opuestos de esta batalla, por supuesto. En efecto, Subaru y Seishirō, cuyo final quedó abierto en Tokyo Babylon, vuelven a encontrarse en X. Es más, en X se narra su encuentro definitivo, del que sólo uno de ellos puede salir con vida tras su historia de amor y odio. Y es probablemente el punto álgido de toda esta tragedia orquestada por las autoras. De hecho, la palabra tragedia se queda corta.

Pero creo que ya he dejado bastante claro que las CLAMP tienen una mente cruel y retorcida. Hablemos ahora sobre la estética de X, porque es realmente alucinante. Esta obra tiene una de las evoluciones artísticas más increíbles que he visto nunca en un manga. El dibujo de los personajes experimenta un proceso progresivo de estilización, mientras los fondos se van volviendo cada vez más barrocos y recargados. Las autoras parecen experimentar un caso cada vez más grave de horror vacui y empiezan a llenar las páginas con elementos propios del manga para chicas, como pétalos de cerezo o plumas, o con contenidos simbólicos propios de X, como los engranajes interconectados, que simbolizan la imparable maquinaria del destino, o los lazos rojos, que representan los lazos del destino según la tradición japonesa. X también lleva al extremo una tendencia iniciada en Tokyo Babylon, en la que las autoras se apropian de símbolos occidentales y se los llevan a su terreno, como cruces cristianas, estrellas de David o simbología propia de la Cábala. Y eso por no hablar del increíble uso de las tramas y los efectos de brillo. Aunque es un manga en blanco y negro, lo cierto es que hay muy poco blanco en sus páginas. Puede que el estilo de las CLAMP siguiera evolucionando en otros mangas posteriores como por ejemplo Tsubasa Reservoir Chronicle o XXXHolic, pero no he visto que repitiesen un despliegue artístico al mismo nivel que el de X en sus siguientes trabajos.



X, cuyo título representa las dos espadas divinas chocando, al igual que representa la incógnita del futuro, el destino que no conocemos y el final de esta tragedia. X, un título de lo más apropiado, ya que, a día de hoy, más de veinte años después de que empezase a publicarse en Japón, seguimos sin saber cuál es el final de este manga. Hace tiempo, las CLAMP cambiaron de editorial y tuvieron ciertos problemas con los derechos de publicación de algunas de sus obras, que se quedaron inconclusas. Tristemente, X estaba entre ellas. Las autoras retomaron a algunos personajes como Subaru, Seishirō o Kamui en mangas posteriores como el ya mencionado Tsubasa Reservoir Chronicle, pero como esa era una historia sobre viajes entre mundos paralelos no eran exactamente los mismos personajes que conocíamos. El hecho es que, justo cuando X estaba acercándose a su clímax, se detuvo su publicación y ya nunca se retomó. Todo lo que tenemos son dieciocho tomos, que aquí publicó Planeta hace ya bastantes años. Pero no tenemos un final. La incógnita aún no se ha resuelto.

¿O quizá sí? Aunque el manga no tiene final, la verdad es que podemos elegir entre dos posibles finales alternativos. Y para más inri los dos son completamente distintos. Me explico: el manga fue adaptado al anime en dos ocasiones, de modo que contamos con una película y una serie. Resumir el fin del mundo en una película de hora y media era una tarea complicada, por lo que la película de X puede resultar muy confusa para los que no conozcan el manga. Básicamente, esta película es una sucesión de personajes que se presentan, combaten y mueren de forma terrible hasta que los dos protagonistas luchan entre sí. La serie, en cambio, es mucho más accesible y adapta el manga de forma bastante fiel... hasta que llega el punto en el que tiene que inventarse los acontecimientos. El final de la película es triste, despiadado y cruel. El final de la serie tiene su dosis de tristeza, desde luego, pero también de optimismo, y es quizá lo más cercano a un final feliz que podían esperar estos personajes. ¿Cuál de ellos es el final oficial? ¿Con cuál nos quedamos? Bueno, sé con cuál me quedo yo. Baste decir que las CLAMP no se implicaron activamente en el desarrollo de la serie, pero sí en el de la película… De cualquier modo, tanto la película como la serie llegaron a España en DVD hace ya unos cuantos años de la mano de la antigua Jonu Media y recomiendo mucho darles una oportunidad.

X, un manga para chicas sobre el fin del mundo, en el que los personajes luchan y mueren de formas terribles para cambiar un destino que está predeterminado. Las CLAMP fueron las arquitectas de este apocalipsis de estilizada belleza que a muchos nos hizo ver el manga para chicas con otros ojos. Junto a Tokyo Babylon quizá sea lo mejor que han hecho estas autoras tan particulares, en mi modesta opinión. Se trata de una historia hermosa y triste, de una escala colosal, con unos combates espectaculares que ya quisieran para sí muchos mangas para chicos y con unos personajes inolvidables. Se trata de una historia que además tergiversa muchos tópicos del manga para chicas y continúa esa visión crítica de la sociedad de la época que se vio en Tokyo Babylon; la sociedad de 1999, ante el cambio de milenio. Y se trata también, qué duda cabe, de una historia sin final. Por mucho que el destino estuviese predeterminado desde el principio, para nosotros aún sigue siendo una incógnita… y quizá lo siga siendo para siempre.


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