Las CLAMP son un cuarteto de dibujantes japonesas formado por Tsubaki Nekoi, Satsuki Igarashi, Mokona Apapa y Nanase Ohkawa, autoras de mangas de gran éxito como Cardcaptor Sakura, Magic Knight Rayearth o Chobits. En esta serie de tres entradas voy a recuperar unos textos que escribí hace bastante tiempo para ser locutados en un podcast que ya no existe y en los que hablo sobre mis obras favoritas de las CLAMP. La tercera y última de ellas es Clover.
El poder del Trébol de Cuatro Hojas no tiene parangón. Si el Trébol de Cuatro Hojas estableciese lazos afectivos con una persona, sería como entregarle el mundo a esa persona. Por esta razón, el Trébol de Cuatro Hojas debe permanecer en soledad.
En un futuro no muy lejano, la tecnología ha evolucionado hasta volverse algo que parece magia y aquellos que son capaces de manipularla a voluntad se conocen como hechiceros. El país en el que comienza esta historia está gobernado desde la sombra por un consejo formado por cinco viejos hechiceros. Tiempo atrás, el gobierno de los cinco puso en marcha un proyecto secreto conocido como Proyecto Hoja de Trébol, que consistió en detectar e identificar a aquellos niños capaces de usar la magia. Esos niños fueron catalogados según la intensidad de su poder. Los de menor capacidad eran los Tréboles de Una Hoja, dotados con poderes simples. Los siguientes eran los Tréboles de Dos Hojas, poseedores de habilidades mucho más espectaculares. A continuación se encontraban los Tréboles de Tres Hojas, equipados con poderes increíbles que podían rivalizar incluso con los del consejo de hechiceros. De hecho, harían falta los cinco hechiceros para igualar a un Trébol de Tres Hojas. Finalmente, se encontró un único Trébol de Cuatro Hojas, cuyo poder era inmensurable. Ni siquiera los cinco hechiceros eran rivales para el Trébol de Cuatro Hojas, pero por suerte el propio Trébol accedió a vivir recluido para siempre sin utilizar su poder. Este Trébol de Cuatro Hojas es en realidad una niña llamada Suu, que ha vivido prácticamente toda su vida encerrada en una jaula y aislada del resto de la humanidad.
Temiendo el poder de Suu, los hechiceros la han mantenido aislada de todo contacto humano. Después de todo, si estableciese un vínculo con alguien y tuviese un motivo para usar su poder, nadie podría detenerla. Por eso, hasta ahora ha estado siempre sola. Suu es como un pajarillo en una jaula de oro, rodeada de autómatas artificiales como única compañía. No ha conocido el amor de unos padres, ni ha compartido una amistad ni se ha enamorado nunca. Sin embargo, uno de los miembros del consejo, la hechicera Kou, ha decidido concederle a la pobre niña un deseo, el único que ha tenido nunca: Suu quiere que la saquen de su jaula y la lleven hasta un lugar llamado el Parque de las Hadas. El viaje no será fácil, claro está. Las naciones rivales enviarán a sus soldados para intentar apoderarse del poder del Trébol de Cuatro Hojas e incluso el resto de hechiceros del consejo interferirán cuando descubran que Suu ha abandonado su encierro voluntario. Por tanto, la hechicera Kou ha recurrido a los servicios de Kazuhiko, un soldado de élite retirado tras una tragedia personal.
Kazuhiko será el encargado de escoltar a Suu hasta el Parque de las Hadas, sin saber que aquella a quien debe proteger es el Trébol de Cuatro Hojas al que todo el mundo desea dominar o destruir. No conoce su verdadera identidad ni los motivos que le han impulsado a dejar su jaula para viajar hasta ese lugar lejano. También ignora que su viejo enemigo, aquel que le arrebató la mano que tuvo que sustituir por una prótesis artificial, se unirá pronto a la cacería de Suu.
Así empieza Clover, otro manga de las CLAMP que podríamos encuadrar dentro de su vertiente más oscura y melancólica. Esta es una historia sobre la soledad, la brevedad de la vida y la inevitabilidad de la muerte. Como Tokyo Babylon o X, se trata de una historia cuyos personajes están condenados de antemano y, aunque el lector no lo sepa al principio, su final es inevitable. Sin embargo, también es una historia sobre el amor, que en última instancia es lo único que da sentido a esas vidas breves y condenadas. Esta es una idea que me parece preciosa, ya que otorga significado a tanta tristeza y a tanta tragedia. Puede que aquí, como también sucedía en X, la mayoría de los personajes vayan a morir de una forma cruel, pero al hacerlo tras haber conocido el amor, sus vidas han tenido una finalidad y han terminado en plenitud. En Clover, el término “amor” es en realidad un concepto muy amplio, que engloba tanto el romance entre una pareja como la amistad entre dos amigos o la relación fraternal entre dos hermanos. Pero da igual el tipo de amor que sea, pues haberlo descubierto siempre otorga sentido y finalidad y, al final, permite morir en paz.
Clover también es un manga con una estructura bastante inusual. Los dos primeros capítulos narran el viaje de Suu y Kazuhiko, pero el siguiente capítulo retrocede en el tiempo para contar otra historia que sirve para enriquecer el contexto de los dos personajes y otorgar nuevos significados a los eventos que ya conocemos. Curiosamente, durante la huida de Suu y Kazuhiko se repite una y otra vez una canción en la radio. En el tercer capítulo se nos desvela el origen de esa canción, así como la relación secreta que tiene con Suu. También se narra el trágico acontecimiento que llevó a Kazuhiko a abandonar el ejército, que obviamente está relacionado con lo anterior. Todo esto nos lleva a ver lo narrado al principio con otros ojos, descubriendo capas nuevas en la narración que ignorábamos en la primera lectura.
Las CLAMP pueden ser muy crueles con sus personajes. Lo han demostrado muchas veces. Sin embargo, en este tercer capítulo de Clover superan cualquier límite con el personaje protagonista, Oruha. Se trata de una mujer cuyo único poder como Trébol consiste en conocer cuándo llegará el momento exacto de su muerte. Oruha es hermosa, es una cantante admirada e incluso ha conocido el amor, pero sobre ella pesa en todo momento la sombra de una muerte inminente. Muchos personajes de las CLAMP están predestinados a sufrir una muerte horrible. Sólo hay que recordar el destino de los principales protagonistas de X para constatar que las autoras son capaces de desplegar una crueldad brutal. Sin embargo, Oruha no sólo es consciente de que su muerte está predestinada, sino que sabe exactamente en qué momento sucederá y que no hay nada que pueda hacer para evitarla. Esta circunstancia impregna al personaje de una tristeza única y lo añade a la lista de personajes memorables de las CLAMP. Porque, pese a su tristeza, pese a estar condenada, Oruha, enseña al lector que bastan unos breves momentos de felicidad para hacer que toda una vida tenga sentido. Y esa felicidad sólo se obtiene de dos formas: dando amor y recibiendo amor. Todo lo demás es secundario. Todo lo demás se puede olvidar. El amor es lo único que hay que atesorar.
Por su parte, el cuarto capítulo de Clover retrocede aún más en el tiempo, añadiendo trasfondo a otros personajes que ya habían aparecido en la historia y narrando el triste destino de los Tréboles de Tres Hojas. También es un capítulo en el que las CLAMP coquetean con un género que conocen bien: el Boys Love, el manga que narra relaciones homosexuales entre chicos y que está dirigido a chicas o a mujeres adultas (dependiendo de lo explícito que sea). En este capítulo se narra cómo uno de los Tréboles de Tres Hojas escapa de su cautiverio para huir de la viciosa relación con su perturbado hermano gemelo. Este Trébol de Tres Hojas acaba siendo rescatado por un soldado amigo de Kazuhiko, que lo acoge en su casa y empieza a desarrollar una relación peculiar con él. Sobra decir que es bastante común que en el Boys Love se narren relaciones románticas (o incluso sexuales) entre hermanos o entre un hombre maduro y un muchacho joven. El Boys Love puede llegar a ser un género extraño e inquietante, pero las CLAMP nunca son explícitas. Insinúan en vez de mostrar y no hay sexo explícito entre hombres en Clover. Sin embargo, la relación entre los gemelos es física de una manera que resulta incluso incómoda.
Creo que una de las características del Boys Love es que más que tratar sobre el amor trata sobre las dinámicas de poder, esto es, sobre la dominación y la sumisión. Uno de los miembros de la pareja domina mientras el otro es dominado. Uno ejerce toda su voluntad mientras que el otro renuncia a ella y se convierte casi en un objeto. En mi opinión, más que hablar de amor, este tipo de relaciones hablan de dependencia. Precisamente el cuarto capítulo de Clover trata sobre el proceso de romper una relación de dependencia, por doloroso que sea, para así iniciar una nueva relación; una más sana, quizá. Este es un concepto nuevo y enriquecedor para el género en el que se encuadra la historia.
Parece que originariamente las CLAMP tenían pensado elaborar más capítulos, pero Clover fue una de las series que se quedaron inconclusas cuando cambiaron de editorial y tuvieron problemas con los derechos de publicación, como pasó con X. No obstante, al contrario que en el manga de X, aquí la historia sí que tiene un final claro. Capítulos posteriores simplemente habrían expandido el trasfondo, quizá narrando acontecimientos anteriores a los ya mostrados, pero la historia principal, la de Suu y Kazuhiko, está terminada.
Más allá de lo narrativo, Clover también es muy potente en lo puramente gráfico. Este es uno de los mangas más inusuales y experimentales de las CLAMP. En él las autoras jugaron con el espacio vacío de las páginas, con la disposición y con el tamaño de las viñetas para transmitir estados emocionales y conceptos abstractos. Así, una viñeta diminuta sobre un fondo blanco puede transmitir pureza y soledad o un par de viñetas grandes rodeando a una imagen central sobre un fondo negro transmiten opresión y tristeza. El diseño de este manga me parece verdaderamente elegante y muy inteligente; algo digno de verse.
También la estética del mundo de Clover me resulta muy atractiva, con una acertada mezcla entre art decó y retrofuturismo. El diseño de vehículos y mecanismos es asombroso, como prueban las transformaciones de la mano mecánica de Kazuhiko, que puede convertirse a voluntad en un escudo, una espada o una pistola, todos ellos profusamente ornamentados. Pero quizá lo que más destaca es el exquisito diseño de las alas mecánicas de Suu, que emulan las de un pájaro autómata con todo detalle. Puede que X o Tsubasa Reservoir Chronicle sean mangas de las CLAMP más espectaculares en lo visual, pero en cuestiones de diseño Clover me parece de lo mejor que han hecho estas autoras tan particulares.
Clover es un manga realmente bonito y creo que hacía falta una envoltura tan dulce para una historia tan amarga como la que cuenta. Este manga ha sido editado varias veces en España (la más reciente por parte de Norma Editorial) y, aunque no ha sido adaptado al anime, existe un breve corto de siete minutos que resume el viaje de Suu y Kazuhiko. En ese corto puede escucharse una versión de la canción que tanta importancia tiene en la historia. Dice su letra:
Llévame.
A cualquier otro lugar.
Para hallar la felicidad.
Para ser tu felicidad.
Clover es un viaje de ida hacia ese otro lugar… pero nadie dijo nada sobre la vuelta.
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