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[Galería hipotética] Dune según Matt Rhodes

  Galería hipotética es una sección en la que se recogen distintas colecciones temáticas de ilustraciones realizadas por artistas de todo tipo, no sólo como forma de celebrar el arte en sí mismo sino también para homenajear a las personas que están detrás.


Desde la primera vez que leí el Dune de Frank Herbert estoy prendado de ese libro. Me pareció una lectura de lo más estimulante en todos los sentidos, pues es tanto una apasionante historia de aventuras y ciencia ficción como todo un tratado sobre ecología, política y religión. Esta faceta didáctica se potencia incluso más en sus continuaciones, invitando al lector a reflexionar sobre las ideas presentadas y a cambiar constantemente su punto de vista: desde lo personal hasta lo social y de ahí hasta lo universal. Sin embargo, si a pesar de todas sus complejidades tuviese que definir el universo creado por Herbert con una única palabra elegiría “exótico”. Dune es un libro de paisajes exóticos y personajes exóticos con costumbres exóticas. El choque cultural está siempre presente, aunque lo que se nos narra no es más que una pequeña porción de un conjunto que resulta aún más extraño y aún más extravagante de lo que podemos concebir. Quizá sea ese el motivo por el que leerlo potenció tanto mi imaginación.

Por desgracia, las distintas adaptaciones del libro a otros formatos, ya sean las tres adaptaciones audiovisuales o las dos adaptaciones al cómic con las que ha contado a lo largo de los años, siempre se han quedado cortas en ese aspecto, al menos a mi parecer. Ninguna me ha parecido lo suficientemente exótica ni me ha provocado esa sensación de choque cultural que me generan tantos pasajes del libro. Eso no quiere decir que no me gusten esas películas o esos cómics, desde luego. Tengo tan interiorizada la versión de David Lynch que no puedo evitar mencionar su última línea cada vez que llueve, por poner un ejemplo exagerado. Pero cuando pienso en la descomunal locura que podría haber sido el Dune de Jodorowsky y Moebius siento que el mundo ha perdido una adaptación que, si bien no habría sido muy fiel al material de partida, habría logrado inundarnos con esa sensación de extrañeza y fascinación que con las demás adaptaciones sólo llegamos a rozar con la punta de los dedos.

Por eso cuando Dune sale a colación automáticamente recuerdo unos diseños realizados por el artista Matt Rhodes hace ya casi una década. Matt Rhodes, por cierto, es uno de los artistas conceptuales de BioWare, la famosa desarrolladora de videojuegos. Rhodes estuvo en el equipo de BioWare durante su época de mayor popularidad, participando en el desarrollo de títulos como Jade Empire y las sagas Mass Effect y Dragon Age. Hace tiempo, este artista se sumergió en el universo de Dune tras haber visto el fantástico documental Jodorowsky's Dune (sobre el que yo mismo tuve ocasión de escribir en este blog) y empezó a desarrollar sus ideas para los distintos personajes. Aunque se toman ciertas licencias respecto a las descripciones del libro, hay que admitir que en general son bastante acertadas y, lo que es más importante, aportan ese componente de exotismo que a otras versiones les falta. En ese sentido, el propio Rhodes citaba como influencia no sólo el trabajo de Moebius para la adaptación nunca realizada de Jodorowsky, sino también la peculiar estética de las películas del cineasta indio Tarsem Singh (La Celda, The Fall: El sueño de Alexandria, Immortals).

El resultado es una interpretación algo caricaturesca y casi operística de los personajes de Dune, en la que todos los elementos de su diseño ayudan a reforzar de forma visual su papel en la historia. Vamos a verla:


De izquierda a derecha: el Doctor Yueh (el diamante que simboliza su condicionamiento imperial se ha transformado en una máscara, pero al no ser del todo efectivo no alcanza a cubrirle por completo el rostro y deja un ojo fuera), Thufir Hawat (la edad del viejo mentat, que ha servido a tres generaciones de Atreides, resulta tan evidente como su pose marcial), Gurney Halleck (el maestro espadachín de los Atreides es un rudo y feo guerrero, pero también un delicado artista tocando el baliset: el contraste entre ambos roles salta a la vista), Paul Atrides (una versión que, por una vez, muestra una edad más acorde a lo que narra el libro), la Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam (la venerable Bene Gesserit porta un báculo que representa de forma visual las distintas líneas genéticas que su orden pretende manipular para crear a un ser superior, así como la temible caja con la que pondrá a prueba al joven Paul), el Duque Leto Atreides (con su perfil aguileño, el halcón de la Casa Atreides sobre su pecho y su capa formando dos alas que caen sobre su espalda) y la Dama Jessica (la concubina del Duque sigue luciendo el peinado trenzado de las Bene Gesserit pero en todo lo demás ha asumido la estética de los Atreides).


De izquierda a derecha: Stilgar (el líder de los Fremen comparte las proporciones del Duque Leto porque es una especie de padre adoptivo para Paul), Paul Muad'Dib (una vez entre los Fremen, Paul porta un simple destiltraje, que según la propuesta del artista tiene una textura muy marcada que recuerda a la de las vísceras, y una capa roja que se abre como las alas del halcón de los Atreides), Chani (la amante de Paul, con una pose que expresa confianza y seguridad y unos grandes ojos que acentúan el azul que han adoptado por la exposición a la especia), Alia (la hermana pequeña de Paul, portando el letal Gom Jabbar de las Bene Gesserit en una mano), la Reverenda Madre Jessica (una vez pasada la transformación y adoptado su nuevo rol entre los Fremen, el cambio de apariencia de Jessica es remarcable).


De izquierda a derecha: Feyd-Rautha (el sobrino del Barón, famoso por su belleza y sus dotes gladiatoriales, pero también confiado en un poder que deriva más de su posición que de su destreza), la “bestia” Rabban (haciendo honor a su apodo, los excesos han dejado huella en su cuerpo y lo que antes eran un estilo ostentoso ha derivado en un despliegue desagradable), el Barón Vladimir Harkonnen (una criatura que ha cedido tanto a sus apetitos que no puede desplazarse sin la ayuda de sus sustentadores gravitatorios, aunque aún así sigue conservando cierta delicadeza y elegancia), Piter de Vries (el siniestro y retorcido mentat del Barón viste con un estilo que delata sus perversiones), el Emperador Padishah Shaddam IV (el gobernante de la humanidad se oculta tras una armadura ceremonial que refleja su paranoia y su temor a que le arrebaten el trono) y un soldado Sardaukar (las tropas de élite del Emperador visten pesadas armaduras y portan un casco que recuerda tanto a la corona de su amo como a su mundo de origen: el planeta prisión Salusa Secundus).


A partir de estos diseños, Matt Rhodes realizó varias ilustraciones inspiradas en Dune que incluyo a continuación. Para mí son el ejemplo perfecto de lo que debería ser una buena adaptación de la obra de Herbert: un espectáculo de color, intensidad dramática y, sobre todo, exotismo. Mientras otras adaptaciones han optado por la sobriedad y el minimalismo, este artista apostó por el camino opuesto, el del exceso, y al hacerlo creo que se acercó más a la esencia del libro que muchos otros antes que él.





Y hasta aquí esta tercera galería hipotética. Para saber más sobre el trabajo de Matt Rhodes puedes consultar su perfil en la web ArtStation o su página web personal y para saber más sobre Dune puedes consultar esta reseña que escribí hace tiempo. También puedes pulsar aquí para acceder a otras galerías hipotéticas.

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