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[Galería hipotética] El Universo Marvel según Greg y Tim Hildebrandt

  Galería hipotética es una sección en la que se recogen distintas colecciones temáticas de ilustraciones realizadas por artistas de todo tipo, no sólo como forma de celebrar el arte en sí mismo sino también para homenajear a las personas que están detrás.


La década de los noventa fue una etapa verdaderamente salvaje para el mundillo del cómic americano. En apenas unos pocos años, los lectores asistimos al momento de mayor popularidad de la franquicia mutante con Jim Lee como artista, al inesperado nacimiento de Image Comics y la llegada de nuevos personajes como Spawn o los WildC.A.T.s, a la cuestionable reinvención de personajes clásicos hasta entonces tan inmutables como Superman o Batman, a la saturación del mercado gracias a estrategias de moralidad cuestionable, al estallido de la burbuja propiciada por la especulación y, finalmente, incluso a la dura caída de Marvel Comics, que pasó de ser la editorial más exitosa en 1991 a declararse en bancarrota en 1996. La creencia popular indica que aquella época fue terrible y olvidable, pero como alguien que la vivió en primera fila opino todo lo contrario: fueron años de excesos y errores, desde luego, pero también resultaron muy estimulantes. El mercado había crecido mucho (mucho más de lo que debería haber crecido, de hecho) y la oferta era asombrosa. Y no sólo en lo que se refiere a los propios cómics, sino también a sus productos derivados.

Muchos de los que vivimos aquellos años recordamos con cierto cariño las colecciones de trading cards. Aquello ya no eran simples cromos, de la misma forma que nosotros ya no éramos niños: eran tradings cards, auténticos objetos de coleccionista que debían ser atesorados por su gran valor, y nosotros éramos, por tanto, coleccionistas. Parte de aquel cambio en nuestra forma de pensar había que achacárselo a la mentalidad capitalista que permeaban todo el mercado del cómic y había convertido nuestros queridos tebeos (y todo lo relacionado con ellos) en objetos de especulación, pero para nosotros también supuso una cierta validación. Los tebeos, los pósters, los cromos, las figuras de acción… estaban empezando a ser “cool”. De alguna forma, estaban dejando de ser algo propio de una minoría y estaban alcanzando al grueso de la población. A la gente le estaba empezando a interesar nuestro mundillo y, cuando todos esos personajes que nosotros habíamos conocido en las viñetas empezaron a llegar a las salas de cine, su interés no hizo más que crecer y crecer.

Fue en aquellos años cuando se hicieron inmensamente populares las trading cards de la colección Marvel Masterpieces. La tercera serie de dicha colección llegó a las librerías en 1994, hace ya casi treinta años, y sus ilustraciones corrieron a cargo de dos importantes artistas: Greg y Tim Hildebrandt, conocidos como los hermanos Hildebrandt. Nunca llegué a completar la serie, pero durante todo este tiempo he atesorado las que llegaron a mis manos y aún hoy las conservo en perfecto estado. En la imagen que hay bajo estas líneas pueden verse algunas de ellas.



Puesto que se acerca su trigésimo aniversario y, dado que la propia Marvel planea recuperar próximamente estas ilustraciones para una de sus colecciones de portadas alternativas, me parece un buen momento para recordar el trabajo de los hermanos Hildebrandt con los personajes del Universo Marvel. Más allá de la nostalgia que puedan despertar, sus energéticos trazos registraron a la perfección aquella tumultuosa época de la editorial.

Sobra decir que los Hildebrandt no eran unos pintores cualesquiera, sino toda una institución en el mundo del arte. Nacidos en 1939, los hermanos se habían formado con la intención de convertirse en animadores de Disney, algo que por desgracia nunca consiguieron. Tampoco lograron ser admitidos como animadores en el equipo de Ralph Bakshi, que a principios de la década de los setenta preparaba su adaptación animada de El Señor de los Anillos, lo que supuso un duro golpe para ellos. Sin embargo, el arte de los Hildebrandt pronto se acabó asociando a la obra de Tolkien gracias a sus numerosas ilustraciones para los calendarios inspirados en sus libros que llegaron no mucho después. A finales de aquella década les llegó el encargo de reformular el primer póster de la primera película de Star Wars, que no había gustado demasiado a la productora. El resultado fue una de las imágenes más icónicas de toda la saga galáctica, en la que Luke Skywalker aparece alzando su espada láser con la Princesa Leia a sus pies y la enorme silueta de Darth Vader a su espalda. Durante los años posteriores, los Hildebrandt ilustraron portadas de libros como los de la saga de La Espada de Shannara o de revistas de ciencia ficción tan conocidas como Omni o Heavy Metal. También realizaron numerosas piezas de arte para Magic: The Gathering, el popular juego de cartas de Wizards of the Coast. Y, por supuesto, realizaron numerosas aportaciones al mundo del cómic, en especial para Marvel Comics. A continuación puede encontrarse una selección de algunas de sus ilustraciones para la tercera serie de las Marvel Masterpieces. Suponen, como decíamos antes, una pequeña muestra de lo que fue la Marvel de aquellos años.




















Dejando a un lado las trading cards, los hermanos Hildebrandt también participaron en los famosos (o infames, dependiendo de a quién le preguntes) Marvel Swimsuit Specials, los especiales de trajes de baño protagonizados por los personajes de la editorial. Aunque a día de hoy están más que olvidados, siempre he sentido gran debilidad hacia ellos (como expresé hace mucho tiempo en este artículo), así que debía incluir algunas de las memorables ilustraciones de trajes de baño que realizaron estos dos artistas. En ellas aparecen varios personajes de la Patrulla-X disfrutando de un día en la playa. El erotismo que emana de estas piezas conecta con la temática de la primera galería hipotética que publiqué, que estuvo dedicada precisamente al erotismo de los Hombres y Mujeres-X de Boris Vallejo y Julie Bell.





Soy incapaz de comprender cómo alguien puede mirar a ilustraciones como estas y afirmar que la década de los noventa fue una época terrible para el mundo del cómic. Como todo buen arte, el que desplegaron los hermanos Hildebrandt durante su paso por Marvel es tanto un hijo de su tiempo como un artefacto atemporal: sus ilustraciones registraron a los personajes tal y como eran por aquel entonces, pero tienen esa cualidad que invitan a regresar a ellas una y otra vez. Han pasado casi treinta años desde que descubrí su trabajo gracias a las Marvel Masterpieces y hoy lo sigo recordando con la misma intensidad. Los años noventa siguen vivos en estas piezas.

Tristemente, Tim Hildebrandt falleció en 2006 a la edad de 67 años por complicaciones derivadas de la diabetes. Su hermano Greg ha superado los ochenta años y tengo entendido que sigue realizando ilustraciones siempre que puede, ya que el arte aún es su gran pasión.


Y hasta aquí esta cuarta galería hipotética. Para saber más sobre el trabajo de los hermanos Hildebrandt puedes consultar su página web oficial. También puedes pulsar aquí para acceder a otras galerías hipotéticas.

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